—¿Cuánto es?
YunHo se bajó la larga camiseta por el pecho plano, con la palma abierta tomó su tierno miembro flácido, y lo empujó dentro de la lencería femenina color de rosa.
—Háblalo con JaeJoong, yo no decido eso.
YooChun asintió, casi dispuesto a irse, YunHo comenzó a acicalarse el largo pelo, negro y enredado por las penurias amorosas. Cuándo el peine pequeño hizo ruido al chocar y atravesar el cabello de YunHo, YooChun deslizó la palma por el cuero de su cinturón.
—¿No has pensado en dejar esto?
YunHo se detuvo de pronto y el silencio cayó cómo un trozo de hielo gigante en la habitación.
YooChun ignoró el agua que se formó alrededor del hielo y continuó:
—Yo puedo sacarte de aquí, si quieres.
La mano de YunHo estaba en el aire, sosteniendo el peine negro, sin propósito alguno.
YooChun pensó que de un momento a otro ese peine podría terminar siendo un proyectil en su contra, pero YunHo bajó el brazo y afinó los labios.
Estos se abrieron, al mismo tiempo que la respiración se contuvo en YooChun, YunHo ordenó palabras, listas para ser lanzadas fuera cuándo las pisadas de alguien interrumpieron en la habitación.
—Terminó tu tiempo—sentenció JaeJoong, aventando sobre la cama desarreglada y sucia el abrigo de YooChun y su portafolios—ya cobre.
YooChun levantó sus cosas mansamente, hurgó en el portafolios y sintió entre los dedos la billetera mucho más delgada a como la dejó. JaeJoong alzó las cejas, cómo si se preguntara si aquel cliente habitual se atrevería a reclamar.
YooChun se acercó a YunHo con sus pertenencias rígidas en sus manos, le besó un pómulo y salió sin despedirse de JaeJoong.
Completamente solos de nuevo, YunHo arregló las sábanas de la cama que había conocido cuerpo tras cuerpo aquel día, y se retiró al cuarto de baño en completo silencio.
JaeJoong se volcó contra su viejo colchón y sólo para poder oír algo que no fuera su propia respiración, prendió el televisor, con señal y audio pésimos, preguntándose qué era más lamentable; un travesti enamorado de su único cliente amable, o un proxeneta obsesionado con su único proveedor de dinero.
Acabo de aprender la palabra proxenetismo.
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