I AM — YunHo U-know

YunHo gira sobre sí mismo al tiempo que hace un paso de baile, el chico frente a él continúa su rutina sin inmutarse, sin distraerse ni por un segundo. Sus movimientos son rápidos, casi bruscos, pero la energía que transmite es increíble, YunHo sonríe ante eso sin abandonar su propio baile.
 

De pronto sucede.

La voz de la chica en la canción se rasga en un grito no muy largo pero exquisito, esa siempre fue su parte favorita de la canción.

El grito de la canción termina y le sigue otro, el chico a su lado cae contra el suelo, su cabeza rebota luego de golpearse fuertemente. Unos quejidos le siguen, el joven busca apretarse su tobillo desesperadamente.

YunHo con una sonrisa enternecida se arrodilla a su lado. La canción continúa.

Acaricia con sus manos las manos más pequeñas del chico, que se cierran alrededor del tobillo.

— ¡Ah! —gime, YunHo continua acariciándole los dedos.

Pronto el pequeño comienza a lloriquear, haciendo arrugar sus atractivas facciones.

— ¿Esto…vale la pena? —dice, con su voz quebrada por el llanto—duele tanto…tengo miedo de que al final no sirva de…—un estremecimiento de su cuerpo le impide continuar, en su lugar afianzó el agarre sobre su tobillo—maldita sea.

—Sigue adelante, todo esto tendrá su recompensa algún día.

Los detalles en el traje elegante de YunHo brillan cuando la luz artificial cae sobre ellos.

El cuarto de ensayos no es gran cosa y el techo parece dañado debido a las fuerte y recientes lluvias.

—Quiero abandonar todo—recita el pequeño, seguido de un suspiro—voy a abandonar todo…

YunHo deja escapar una risita, sabiendo que nada de eso iba en serio.

—Es duro—pronuncia en acuerdo—muy duro.

El chico asiente, las lágrimas continúan cayendo por sus mejillas, silenciosas y lentas.

El sonido del llanto se reanuda y las manos del pequeño hacen de nuevo presión sobre su tobillo herido, YunHo sonríe tiernamente y se inclina para limpiarle las lágrimas con sus pulgares, cuando la piel de sus dedos hace contacto con las mejillas lindas del menor los sollozos obtienen fuerza y volumen. El chico ocupa sus dos manos para apretar su tobillo herido.

YunHo le acaricia los vírgenes cabellos negros, libres de toda tintura. Después de todo, aún recordaba lo mucho que había dolido aquella torcedura.

—Pero todo esto está bien, incluso el dolor está bien. Porque hay un mañana esperándome. Esperando por nosotros—se inclina aún más, haciendo pequeña su altura y deposita un dulce beso en una de las mejillas regordetas del chico mientras le toma la cara con ambas manos.

El pequeño siguió sollozando, entonces la puerta se abrió dejando ver a un sudoroso y alterado ChangMin.

— ¡Hyung!, ¿qué haces aquí?, ¡la practica terminó hace horas!

YunHo se apartó y el chico en el suelo se secó las lágrimas desesperadamente.

— ¿Hyung? —la voz de ChangMin llama de nuevo, apagada— ¿estás bien?

YunHo bajó el rostro en vergüenza cuando el chico se levantó mordiéndose los labios, ocultando su dolor e intentando sonreír en cuanto estuvo incorporado.

—Ya es tarde, no debiste venir ChangMinie—dice.

—Hyung…—la palabra emerge a modo de un regaño preocupado.

—Vamos a casa.

YunHo se queda en su lugar mientras ambos chicos salen de la sala de ensayos, uno apoyado en el otro, aguantando la torcedura en su tobillo.

—Hyung, hyung… ¡YunHo!

YunHo abre los ojos, los grandes ojos de ChangMin le saludan.

Shim lleva dos botellas de agua en las manos y YunHo sabe que una es para él.

Incorpora la mitad de su cuerpo quedando sentado en el piso de madera de la sala de ensayos, en cuanto lo hace, ChangMin le pasa la botella de agua y él la recibe dando un agradecimiento suave.

—Me asustaste, creí que te había pasado algo.

YunHo iba a reírse, pero el semblante en el rostro de ChangMin y sus cejas fruncidas se lo impidieron.

Después de todo era su culpa que Shim se preocupara tanto por él respecto a todo, en especial respecto a los ensayos de baile.

—No te preocupes ChangMinie, sólo decidí cerrar los ojos y recordar un par de cosas—explicó, antes de abrir su botella y dar un largo sorbo.

ChangMin se le quedó mirando fijamente.

— ¿No te torciste el tobillo, verdad? —soltó al fin, en busca de excluir cualquier cosa preocupante.

YunHo sonrió, sintiéndose envuelto en todo el afecto que ChangMin con su preocupación, le otorgaba.

—No, para nada ChangMinie. Sólo recordaba nuestros días de novatos, nada más.

ChangMin suspiró, aliviado.

—Muy bien, ahora levántate, es hora de ir a dormir—ChangMin se alejó y se quedó esperando por YunHo en la puerta.

YunHo no dijo nada pero notó que ChangMin esperó para verlo ponerse de pie, y verificar así, si realmente no tenía ninguna herida.

Shim ChangMin era desconfiado, pero Jung YunHo tenía la culpa, porque había sido él quién infinidad de veces había mentido para ocultar heridas de los grandes ojos preocupados del menor de los dioses.

Mas ahora estaban solos, y tenía la atención de ChangMin sobre sí y sólo para él, no había forma de escapar, no más.

Sin embargo básicamente, las cosas seguían igual.

ChangMin esperó a que YunHo llegara a su lado, apagó la luz y susurró su frase favorita;

—Contesta a todas mis preguntas, porque harás lo que sea, pero nunca lograrás que deje de preocuparme por ti.

Y besó sus labios levemente antes de abrazarlo.

Si, básicamente las cosas seguían igual.