jueves, febrero 06, 2014

Sexto día

En un mundo dónde tú no eres tú, yo no te amaría. En un mundo dónde tú fueras sólo una persona más, alguien común que brilla sólo para quién lo ama y nada más, no serías importante para mí.

Porque yo te he conocido gracias a que eres alguien que vive bajo luces, y es amado por muchos. Si no fuera así, yo no estaría escribiendo esto pensando en ti, yo no conocería tu nombre, ni tu cara, el timbre tierno de tu voz, la forma de tus manos, la curva de tus labios...yo no conocería nada.

¿Por qué entonces, siendo tan fácil, tan débil el hilo de sucesos que me permitió conocerte, tuve que vivir en un mundo dónde tú existías, siendo alguien que conocen muchos?

No sé la razón, pero no creo que sea casualidad.

Incluso cuándo a veces, mi amor por ti se siente tan inútil, algo tan grande que ocupa tanto espacio dentro de mí, y con el cuál no tengo mucho que hacer...no quiero que desaparezca.

Poco a poco, con cosas pequeñas, con gestos, comenzando con conocer tu nombre, tu apellido, reconociendo tu voz en canciones pasando con tropiezos grandes y desconociendo poco a poco menos cosas de ti. Entonces caí, caí y volví a caer. Más profundo, más fuerte, dentro de un recoveco tibio, cálido, grande y tan apacible que jamás he pensado en escapar.

A veces te siento cerca, y otras veces lejos.

He tenido que dejarte varias veces, para ocuparme de mí, porque a veces siento que gasto mucho de mí, ocupándome de ti. Pero está bien.

Eres 10 años mayor que yo, tienes una vida, y yo sólo quiero forjar la mía mientras regalo de vez en vez un vistazo a la ventana de tu vida, de tu paso por la vida, ordenado, amado y tan envidiable.

Una vez alguien dijo —no a mí, no—, que es difícil distinguir entre si la razón por la que te gusta una persona es porque simplemente te gusta, o porque la envidias y quieres ser cómo ella.

En mi caso, a mi me gustas de las dos formas, YunHo.

Me gustas, y me gustas tanto, que me gustaría llegar a ser alguien cómo tú.

Te tengo envidia, porque pareces tan brillante, pero al mismo tiempo eres humilde y haces saber a cualquiera que todo lo que has hecho ha sido creado con esfuerzo, sudor y sacrificios.

Pero falla tu sonrisa, YunHo.

Tu sonrisa hace pensar que no has vivido nunca un momento difícil.

Tu boca es tan tierna y dulce, pero es capaz de decir cosas inteligentes, de fuerte contexto.

Ah. Realmente te envidio. Y me gustas mucho también, aunque ahora que analizo uno a uno mis sentimientos, me pregunto; ¿me gustas más de lo que te envidio, o es al revés?

1 comentario: