Teach me

La puerta se abrió estremeciendo a YunHo, pronto el profesor atravesó el salón haciendo ruido con los tacos de sus zapatos de charol hasta llegar a su escritorio. Se sentó.

YunHo apenas pudo alzar un poco la cara, uno de sus mechones rubios caía por encima del puente de su nariz así que lo hizo a un lado y empujó un poco más arriba sus lentes negros.

—Sabe porque está aquí, ¿no joven Jung? —la melodiosa voz del profesor Park rebotó en las paredes. 

En el aula sólo estaban ellos dos y prácticamente todos los estudiantes ya se habían ido de la escuela, únicamente había alguno que otro profesor adelantando deberes en sus oficinas.

YunHo tragó saliva antes de contestar, su voz sonó suave y tímida.

—Usted…dijo que iba a darme mi calificación.

YooChun alborotó algunos papeles en su escritorio.

—Así es. Pero, ¿no intuyes que algo anda mal YunHo? porque de otro modo, te habría entregado tu calificación junto con todos los demás ¿no lo crees?

YunHo asintió muy lentamente, retorciéndose los dedos entre las manos.

— ¿Qué crees que sea? 

 YunHo movió la cabeza a los lados, sus ojos parpadeando rápidamente en busca de que los cristales en ellos no fueran visibles. Jamás había estado en una situación así. Y tenía miedo.

YooChun se levantó de su asiento y se inclinó sobre él.

—No te asustes—susurró, con sus labios apenas a un centímetro de los de YunHo.

YunHo sintió cuando el aliento de YooChun se introdujo en su boca.

—Tal vez no sabes de lo que se trata, pero te diré cómo arreglarlo.

YooChun se quedó callado de repente, YunHo sintió las pequeñas lágrimas soltándose un poco de sus ojos gracias a la sensación de alivio.

YunHo miró expectante a YooChun, este se quedó quieto un momento, luego sonrió de lado, se movió junto con su silla giratoria a un costado.

YooChun, con un movimiento de cabeza le indicó que mirara.

Cuando YunHo lo hizo, YooChun tenía las piernas abiertas.

—Adelante. Si sabes que hacer.

Para sorpresa y regocijo de YooChun, YunHo se puso de rodillas frente a él, estuvo con la mirada baja un instante y luego llevó sus manos por sobre la entrepierna del Park.

Sus manos temblaban.

YooChun admiró como los gráciles dedos de YunHo luchaban contra su cierre, golpeándose entre ellos con torpeza, temblando cómo gelatina siendo agitada.

Cuando YunHo logró bajar por completo el cierre, YooChun tomó su otra mano y llevo los dedos a su boca, lamiéndolos con ahínco.

El bóxer no fue mucho problema, pero en cuanto YooChun sintió el tacto frío en su miembro tuvo que soltar los dedos de YunHo para gemir en sorpresa.

Las manos de YunHo aunque preciosas y elegantes casi siempre estaban frías, YooChun había tenido tiempo para verificarlo muchas veces, en la entrega de trabajos, en la de exámenes. Siempre tardándose un poco más al tratarse de YunHo.

YooChun pensó que el niño se asustaría, pero YunHo tomó su miembro con sus dos manos y lo sostuvo cómo si se tratara de un sándwich próximo a comerse, YooChun sintió una ternura extrema y no pudo evitar agitar el pelo rubio del niño.

Al fin YunHo separó los labios y bajó, no temeroso pero precavido, chocó primero sus labios contra la punta del pene de YooChun, y luego poco a poco introdujo la extensión de carne en su boca. Luchando por acumular saliva.

YooChun se preguntó si es que YunHo había pensado ‘¿todo eso cabe en mi boca?’, se rio un poco pero la risa se fue en cuanto YunHo llegó casi hasta la base de su miembro, luego lo soltó y comenzó a lamerlo a los lados.

YooChun le tomó cuantos mechones rubios pudo entre sus dedos y jaló un poco de ellos, sólo un poco, con temor a lastimarlo.

YunHo se quejó y quiso incorporarse un poco, pero entonces el marco de sus lentes chocó contra YooChun y estos cayeron al piso.

—Para actividades así me temo que no puede utilizar lentes, joven Jung—dijo YooChun con voz ronca recogiendo los lentes del piso mientras YunHo aún tenía su miembro entre sus manos.

YunHo asintió, habiendo olvidado cómo hablar en ese momento.

YooChun puso los lentes sobre el escritorio y retomó el cabello de YunHo, el menor por su parte siguió lamiendo lo mejor que pudo.

— ¿Por qué un estudiante cómo tú se pinta el cabello de este color? —YooChun desde hace mucho tiempo quería saber, tuvo que esperar a que YunHo sacara su miembro de su boca para oír su respuesta.

—A HeeChul le sobró tinte, y dijo que era un desperdicio tirarlo…con lo caro que sale.

YooChun se habría reído, conocía al tal HeeChul, era un chico excéntrico de otra clase con el cuál YunHo se llevaba muy bien.

Pero no lo hizo. 

Porque YunHo dijo el nombre de alguien más con la punta de su pene rozando su grueso y delicioso labio inferior.

Le dio una caricia a la cabeza rubia, con lentitud.

—No digas el nombre de alguien más—dijo sonriendo, aunque por dentro sólo quería tomarlo a la fuerza y exigirle no ver a nadie más, no pensar en nadie más.

Pero aún estaba demasiado en sus cávales cómo para hacer algo así.

YunHo asintió una vez, y volvió a introducir el pene de YooChun en su boca.

YooChun había sentido poco a poco cómo las manos de YunHo cambiaban de temperatura hasta llegar a estar tan calientes que apenas podía soportarlo. Era una sensación deliciosa, se trataba de la primera vez que veía a un YunHo con las manos tan calientes y suaves.

Con lamidas lentas y sin experiencia YooChun sintió lentamente cuando iba a eyacular.

Jaló a YunHo hacia arriba, el menor tenía los ojos opacados y las mejillas rosas.

Le besó los labios, completamente débil ante la mirada de niño perdido que tenía YunHo al no tener puestos sus lentes.

Cuando terminó el beso le colocó los lentes de nuevo y lo devolvió a su sitio entre sus piernas.

YunHo inocentemente tomó el miembro entre sus manos.

Este estalló.

La semilla blanca manchó por completo su cara, escurriendo de sus lentes e introduciéndose en su boca.

YunHo había intentado gritar pero el líquido se lo había impedido.

—Algo tan valioso cómo esto no se lo proporciono a cualquiera—susurró YooChun a su oído antes de besarle la sudada frente—así que aprécielo, estudiante.

YunHo respiró fuerte unas dos veces más antes de tragar todo el semen que había logrado caer en su boca. YooChun lo besó ligeramente en los labios antes de que comenzara a lamer la semilla de sus pómulos altos.

YunHo se quitó los lentes y entrecerró los ojos para ver el desastre ocasionado por Park, los lentes negros y gruesos que tanto cuidaba y necesitaba estaban completamente manchados, resopló suavemente tratando de aplastar su enojo y evaporarlo.

YooChun por su parte estaba muy lejos de prestarle atención a su disgusto, al quitarse YunHo los lentes, el mayor pudo ver las pestañas preciosas, negras, brillosas de lágrimas pequeñas y sucias de su semilla.

Sintió su erección crecer de nuevo por la magnifica visión.

Se inclinó hacía YunHo tomándole la nuca con ambas manos y le besó los dos parpados cerrados, pasando su lengua por las largas pestañas.

Oh, dulce. Que dulce.

YunHo hizo unos soniditos de sorpresa pero se dejó hacer, privado de toda fuerza de voluntad estando entre sus brazos.

YooChun bajó por el cuello, dejando pequeñas mordidas que seguro los amigos de YunHo verían y querrían tocar, preguntándose que tipo de persona había conseguido al fin hacer algo tan indecente con el recatado y puro Jung YunHo.

Su pene creció de felicidad. Llegó hasta el adorado labio grueso, lo atrapó entre sus labios, lo mordió, lo chupó hasta que YunHo lloriqueó que le dolía.

YooChun se separó de él de mala gana.

—Levántate—ordenó, con voz malhumorada.

YunHo siguió su orden y se colocó firme frente a él, sin más opción que estar con la mirada perdida de niño sin sus lentes.

YooChun sonrió y descomprimió su pantalón.

—Deja que alguien mayor te cuide.

YunHo sintió dos dedos introducirse en su pequeña cavidad completamente virgen, gimió incomodo cuando YooChun los retiró para escupir sobre ellos y volver a meterlos.

Su miembro le dolía, faltaba poco para que se corriera.

YooChun movió unas cuantas veces sus dedos dentro de él, él sólo podía responder gimiendo de dolor y vergüenza.

Y de repente sintió que YooChun se alejaba, sacando sus dígitos por completo y recostándose en su silla.

—Es muy lindo—ronroneó, lamiendo los dos dedos que habían estado dentro de YunHo.

YunHo asintió, aturdido y mareado por no haberse corrido.

—Vístete—ordenó YooChun, YunHo de inmediato se dispuso a cumplir y YooChun se levantó de su asiento y lo apretó hacía su cuerpo tomándolo por una cadera—pero eres más lindo tú—sonrió e introdujo su lengua de forma sucia en la boca de YunHo, lamiéndolo de arriba abajo y chocando los dientes de ambos.

YunHo sentía su adolorido y casi decepcionado miembro despertar de nuevo pero YooChun se alejó una vez más, se metió la polla en el bóxer con un solo movimiento y se ajustó el cinturón.

La sonrisa que YunHo recibió de él fue la más traviesa e infantil que había visto en su vida.

—Tienes diez.

YooChun le había aventado un examen, su examen frente al escritorio, para que lo viera.

— ¿Eh? —YunHo cuestionó sin entender nada— ¿diez?

—Si—afirmó YooChun, colocando una mano sobre el hombro de YunHo, haciéndolo temblar—no esperaba menos de un estudiante cómo tú.

YunHo abrió la boca en perturbación y confusión.

—Pero…si yo tenía diez, yo no…

YooChun soltó una risa fresca en voz muy alta.

—No. No entiendes—dijo, disipando las dudas de YunHo con un gesto de su mano—mañana, serás el único del salón que tenga una calificación de diez por 60/60 aciertos. Todos los demás tienen de 56 a 59.

YooChun sonrió de forma sincera a YunHo.

YunHo bajó su rostro en una respuesta conmovida.

—Usted sabe…lo estrictos que son mis padres con mis calificaciones. ¿No?

YooChun se levantó de su silla para sentarse sobre su escritorio.

—Lo único que sé es que Jung YunHo es un gran estudiante, que jamás ignoraría el significado de “amor”. Debió ser tu momento de nerviosismo, esa era la pregunta más sencilla del examen.

YunHo se sintió avergonzado de recibir la mirada y sonrisa de comprensión del profesor Park YooChun, encargado del taller de literatura.

—No…—masculló—yo realmente no lo sé.

YooChun tuvo ganas de ignorar sus planes y desnudar a YunHo contra el escritorio para hacerlo gemir de verdad, hacer que gritará su nombre, que su virginidad fuera suya, hacer que YunHo lo necesitará, que fuera suyo…que lo amara.

Sacudió la cabeza para alejar sus impulsos.

Si quería que YunHo lo amara, no podía hacer eso.

— ¿Qué te parece si lo analizas? —carraspeó, nervioso—analízalo y entrégame un informe sobre ello el próximo lunes. ¿Qué dices?

Los ojos de YunHo brillaron y su sonrisa se mostró sin restricción alguna.

— ¿En serio?, ¡muchas gracias!

YooChun haría sufrir al niño por todas las veces que lo hacía excitarse sin ni siquiera quererlo.

Le otorgó una sonrisa pequeña, hizo que se levantará de su asiento y le besó lentamente mientras le acariciaba el pelo, lleno de suaves y rubias plumas.

Para sorpresa de YooChun, YunHo recargó delicadamente sus manos en sus codos, siendo dócil en el beso pero entregado.

Las manos de YooChun llegaron hasta las mejillas lisas, las acarició mientras admiraba la oscura y amable mirada de YunHo, perdida sin sus lentes de aumento.

—I love you—confesó.

YunHo por un momento lo miró confundido, YooChun sintió miedo de que YunHo haya reconocido las palabras, mas luego Jung sonrió lánguidamente.

— ¿Qué significa eso, maestro?

YooChun dio un último beso a YunHo, en la barbilla redonda y atractiva, luego sacó de la bolsa de su pantalón un pañuelo, limpió los lentes de YunHo con el y los envolvió para dejarlos sobre la mano derecha del niño.

—Lo sabrás pronto—aseguró, sintiendo que esta vez no era su miembro el que despertaba, sino su corazón.

Bombeando la sangre con más rapidez frente a aquel niño con pequeños ojos dulces y pelo teñido de rubio.

—Lo sabrás…

Yo te enseñare.