Estrella

Abrió la puerta y su corazón latió enseguida, ¿que hacia él allí?, de noche, solo, con el semblante triste y los ojos cansados.

El chico frente a él se removió un poco antes de verle a los ojos apenado.

—Lo siento—susurró—puedo quedarme... ¿hoy aquí?

La mano de Rain tembló cual gelatina, haciendo desaparecer el agarre que mantenía sobre la entrada.

—Claro, pasa—cedió el paso y cerró, aún pasmado al ver aquel cuerpo deslizarse hacia su habitación.

—Con permiso.

—Adelante.

YunHo se mantuvo en el umbral y Rain no sabia que hacer, a veces el desear tanto que algo ocurra, ¿lograba hacerlo realidad?

—Lo lamento mucho—habló el menor—debo haberte importunado...—miró hacía dentro y divisó un libro, una taza de té y música clásica; la manera en como Rain se relajaba—si, debí hacerlo, olvídalo mejor me voy—comenzó a avanzar hacia la ahora salida nuevamente, tuvo que haberlo pensado bien antes de ir. No quería molestar a su adorado amigo y hyung.

Pero una amplia palma detuvo su cadera cuando pasó al lado del mayor.

—Soy tu amigo ¿no es así?, ¿porque no confías más en mi?

Los ojos de YunHo se comprimieron y una lagrimita logró escaparse. Rain era un excelente amigo, siempre lo supo y era el momento de rectificarlo. Así que vencido se dejó llevar por el mayor hacia el sillón más amplio, para sentarse uno al lado del otro.

— ¿Qué te tiene así?—suavemente secó la solitaria lágrima de YunHo—no es nada común ver a un YunHo llorón.

Y el llorón quiso llorar de nuevo, se sentía tan patético. Débil frente a uno de los artistas a los que más admiraba, y a pesar de ser su amigo intimo jamás dejó de ver a Rain como alguien magnifico e intocable.

—ChangMin...—dijo al fin mientras su garganta se atoraba con los sollozos—ChangMin me tiene así, Bi.

Rain sonrió aún cuando otra lágrima cayó de los ojos de YunHo, "Bi" ese era su apodo, el mismo que el menor casi no utilizaba debido al gran respeto que le profanaba. Si todo eso, si aquellas saladas lágrimas lograban hacerlos más cercanos, entonces con todo el dolor de su alma pediría que ChangMin fuera más malo y dejara a YunHo tan vulnerable como en el ahora, para que corriera a sus brazos desprotegido.

Quien sabe, quizá en una de esas se daba cuenta que los brazos de Rain eran los únicos que podían realmente sostenerle.

—Cuéntamelo todo baby—desapareció nuevamente la lágrima y acaricio un poco su cabello. Tan hermoso y frágil, tan suave, que temía ser duro y terminar rompiéndolo, YunHo en ese momento era como un manto precioso que se iba lentamente desgarrando frente a él, mostrándose tan dañado como nunca le vio. Pero estaba bien, por que eso significaba que YunHo confiaba lo suficiente en Rain como para mostrarse ante él de esa manera.

—Es sólo que...no puedo soportarlo—las manos se movieron nerviosas, pero el rostro se fue calmando al sentir la palma del mayor entre los cabellos—tengo amigos, pero ChangMin no lo entiende. No entiende que amo a muchas personas aparte de él, aunque él sea el único para mí de cierta forma, simplemente...no lo entiende.

Por alguna razón un disgusto en el estomago de Rain le picó fuerte, "Él es el único para mi".

— ¿Te descubrió diciéndole a algún amigo que lo amabas?—YunHo lo miró a los ojos y luego soltó un suspiró cansino.

—Si, fue eso. Y no quiso ni oírme, no puedo entenderlo Bi...—Y por primera vez una lágrima siguió a la otra, y así sucesivamente sin detenerse. Rain pasó ambas manos por el cuerpo de YunHo y lo apretó fuerte.

—Tranquilo, puedes desahogarte.

Un sollozo se hizo escuchar y el menor siguió llorando. Si, lo sabia, el pecho de Rain era realmente amigable, allí estaba en paz, allí podía desahogarse, allí podía desprenderse de su mascara de imperturbabilidad. Allí podía...ser YunHo.

No cesó hasta luego de un rato, y se quedó así; sobre el pecho de Rain componiendo su respiración y secándose el rostro.

—Lo siento.

—No tienes porque, de verdad.

Rain sonrió y YunHo se apretó más contra él, estaban tan bien...

— ¿Qué es eso?

— ¿Eh?

De la nada YunHo había levantado la cabeza y mirado a todos lados, al parecer percibía algo que Rain no.

Unos toquidos en madera desnivelados y bruscos, Rain sabia; la puerta. Y también sabia quien estaba tocando.

—Espera aquí, voy yo—se levantó y besó fugaz la frente de YunHo. Un contacto tan dulce y perfecto en la situación, no extrañaría al menor para nada, por eso se atrevió. Aunque sea alguna vez, algo como eso...no estaba mal.

El líder lo miró con pena de que tuviera que apartarse de su lado, y Rain intuía, lo sabia; después de abrir la puerta...ya no estarían así más nunca.

Respiró profundo y giró la perilla cuando los golpes se oían incluso violentos, y no se sorprendió cuando la puerta le dio casi en la cara.

— ¿Donde esta?

— ¿Quien?

Un ChangMin sudado y ajetreado traspasó la puerta sin permiso alguno, ni con intenciones de pedirlo. Bingo, Rain había acertado, aunque eso no le hacia para nada feliz.

—YunHo, ¿quien más? ¡joder, se que esta aquí!—la desesperación se leía a leguas en las facciones de Shim, pero Rain ni se inmutó. Lo estaba disfrutando.

No tenía por que ser bueno, era ChangMin quien tenia el corazón de YunHo ¿entonces porque ser bueno?, si el ganador ya tiene el premio asegurado, ¿porque no jugar un poco haciéndole creer que no era así?

—YunHo esta aquí, si—ChangMin lanzó un suspiro de alivio, de seguro había pasado una gran preocupación—pero no quiere verte.

Y todo se volvió inexplicable luego.

—Dile que no estoy para sus juegos.

—Lo siento, pero yo tampoco estoy para hacer de mensajero—ChangMin le miró como nunca nadie lo había mirado; con odio. Mucho odio.

—Hazme el favor de hacerlo, o me veré obligado a ir por él yo mismo—un susurró que pareció siseo. El de una serpiente muy cabreada, a una a la que le habían pisado la cola.

—No lo hare.

ChangMin lo miró peor y cerró los ojos tratando de serenarse.

—Si no se va ahora conmigo, no lo dejare entrar al departamento si llega más tarde—esta vez levantó la voz para que un YunHo escondido le oyera.

—Él no necesitara eso—sabia que estaba ya en terreno peligroso, y que decir lo pensado equivalía a una bomba que estallaría en la cabeza de ChangMin inmediatamente. Pero quería hacerlo, simplemente quería hacerlo—porque YunHo se quedara aquí hoy.

Los ojos de ChangMin parecieron salirse de su orbita por un momento, y su ceño se frunció monstruosamente.

— ¿Él?, ¿contigo?, oh por supuesto que no.

Y hubiera bastado darle un buen empujón en el estomago para calmarlo y quedarse con YunHo esa noche, pero no podía, quizá sus músculos eran más fuertes y voluminosos, pero tenía débil el corazón.

Era ChangMin el que poseía el corazón más fuerte con armadura integrada, era él a quien YunHo había elegido.

Así que cuando el menor se le abalanzó para traspasarlo él desistió.

¿De que servía?, ya lo sabia. De nada.

— ¡YunHo, nos vamos ahora mismo!

— ¿ChangMin?—el líder se levantó lento debido al shock, pero no tardó mucho en ser jalado por ChangMin que lo tomó del codo— ¿que haces?

—En mi cama, en mi sofá, en nuestro departamento, ¡es allí donde debes de estar!

YunHo no dijo nada, aunque su cara aún estaba algo húmeda y su expresión confundida. Mas Rain supo acariciar la felicidad que detrás de todo eso yacía, YunHo no esperaba que ChangMin viniera a por él, por eso es que estaba tan feliz. Y entonces supo también que su corazón estaba llorando.

—Eres un autentico amigo, eso no lo dudo—en sus palabras no se podía leer más que sarcasmo—pero no te vuelvas a acercar a YunHo, ni una vez más en tu...

—Fue él quien vino a mi—si estaba perdiendo el corazón entonces lo perdería bien. Que aquel afortunado que obtuvo lo que él no pudo cuidara aquello tan preciado, era ese su único deseo.

—Entonces no lo recibas, llámame. Soy yo el único que puede calmarlo.

"Arrogante, sabes tu posición y la presumes..."

Pero no podía decir más, ChangMin no mentía. Por mucho confort que pudiera otorgarle a YunHo, nunca lograría lo que el estúpido de Shim ChangMin lograba con tan poco esfuerzo.

—De acuerdo—asintió—pero mejor para ti que esto no vuelva a pasar nunca, o juro que te castro yo mismo—YunHo rió algo intimidado por la situación—adiós baby, cuídate de este mono—iba a acariciar la mejilla del moreno, pero una gran mano lo detuvo.

—No.

Y entonces Shim salió tan rápida y cruelmente como había venido, jalando a un YunHo que intentaba disculparse con la mirada y agradecer al mismo tiempo. La puerta se cerró y Rain quedó tal y como había estado apenas medio hora antes.

—Patético—se dijo—soy patético.

Volvió a su té, libro en mano y música clásica. Aquellos dos debían estarla pasando muy bien después de aquellos absorbentes celos.

Lo envidiaba, envidiaba a ChangMin en si.

—Porque tú puedes tener lo que yo no.

Esa estrella que puede brillar en el cielo para todos, pero que pertenecía sólo a uno.

A Shim ChangMin.