Secreto

Sus manos golpeaban el pantalón negro con suavidad, creando una melodía brusca y torpe, en busca de algo que hacer mientras YunHo terminaba de arreglar su tonto dibujo de un águila, el cual ChangMin rebajó diciendo que se trataba de un pollo. De uno deforme, por supuesto.

Prestó algo de su atención al increíble rostro del mayor, lleno de aquella expresión seria y varonil, con sus ojos negros brillantes y los labios cerrados a presión, perdido en su labor.

— ¡Listo!, ¿qué te parece?—ChangMin alzó la ceja, inquisitivo. YunHo era más idiota de lo que pensaba si pretendía que aquellas líneas sin forma crearan a los ojos de Shim ChangMin algo lógico.

—Sigue siendo un pollo...más gordo.

YunHo dejó caer el cuaderno sobre sus piernas y soltó aire audiblemente.

—Tú nunca estás contento con nada, siempre dices "Puede ser mejor, puede ser mejor", ¡a la mierda contigo, ChangMin!—y se hizo hacía atrás, tirándose por completo en el largo sillón.

ChangMin sonrió, complacido con la infantil actitud de YunHo, paseo la mirada un poco por el cuarto.

Estaban esperando a que llegara el momento de salir y charlar con las fans chinas, y el staff iba y venía, apurado. Mas en ese momento no se encontraba nadie más que ellos.

Mostró su sonrisa de victoria, la cual YunHo no pudo ver porque se había decidido por cerrar los ojos, cruzar los brazos y fruncir el ceño, recostado como se encontraba, se veía como un niño caprichudo a pesar del fantástico vestuario.

—Mentira.

— ¡No es cierto!

—Además, ¿desde cuándo dices groserías?

—Desde que nací, ¡déjame!—y YunHo hubiera seguido con los brazos cruzados si los labios de ChangMin no se hubieran apretado contra su codo, para luego dejar caer la cabeza en su pecho, suspirando con fuerza, aspirando también. Todo su olor.

—Para mi...incluso para mí, hay cosas que no pueden ser mejor. Cosas que son...perfectas.

Los ojos oscuros del mayor se abrieron, conmovidos por la respiración tenue sobre su pecho.

La palabra "Perfección" y derivados en los labios de Shim ChangMin, sonaba irreal. Y tonta.

—No te creo.

— ¿En serio?

—Nada. No te creo para nada, mentiroso de mierda.

La grosería no era necesaria, Shim lo sabía. YunHo solo la usó para contradecirlo, para retarlo. Porque a Shim ChangMin tampoco le gustaban las malas palabras.

—Como quieras—se puso en pie, dejando al pecho de YunHo desamparado del calor de su nuca. Pensó en que hacer, ya no tenía caso seguir hablando con un YunHo enojado. Caminó hacia la puerta.

—ChangMinie...—y allí estaba. La voz dulce y dócil de nuevo. ChangMin pensó que YunHo era demasiado lindo y bueno con él—me dices... ¿qué cosa es perfecta para ti?, o cosas.

Se detuvo. Sonrió más. Quizá porque sabía que ocurriría, que aquello que pensaba no podía quedarse como un secreto para siempre.

—Mírate en el espejo—y salió, cerrando la puerta tras de si, sintiéndose estúpido por decir su secreto de manera tan directa.

Mas Shim ChangMin, olvidó que era a Jung YunHo a quien le decía aquello.

— ¿Qué?, ¡ChangMinie, no te entiendo!

Rodó los ojos y siguió avanzando, directo a preguntar al staff cualquier cosa que realmente no le interesaba.

Al parecer ese día nadie descubriría ninguno de sus secretos.

De nuevo.