Lágrimas

SiWon vio a YunHo desplazarse hasta uno de los rincones del salón mientras sostenía el teléfono contra su oreja. Su semblante era afligido y susurraba, aunque no hubiera nadie lo suficientemente cerca para oírle.

Frunció el ceño.

YunHo no solía alejarse de sus amigos para realizar una llamada, la que fuera.

Trató de disimular la gran curiosidad que tenía sorbiendo de su bebida sabor mango. YunHo, a lo lejos, se llevo una mano a la boca, ocultando un gesto de sorpresa. SiWon notó cierto brillo en sus ojos, se levantó de su pupitre y salió.

Aquellos ojos a punto de llorar los conocía, y los odiaba.

Porque a él también le dolían.

Dejó caer la decima piedrita sobre el pasto, aquellos quince minutos le habían servido para acarrear las piedras de la pequeña maceta, hacia el gran trozo de pasto que yacía frente a esta.

Volvió al mundo, y el rostro desencajado de Lee DongHae se encontraba corriendo hacia él.

—SiWon...—comenzó, con la respiración levemente consternada—YunHo, en el salón...

— ¿Que ocurre con el idiota?

—Está llorando.

— ¿Y?—lanzó otra piedra— ¿que con eso?

—Está inconsolable SiWon, solo tú...

Pero se levanto antes de que DongHae intentara convencerlo.

Él no necesitaba ser convencido, pues sabía ya de antemano, que el corazón de idiota de Jung YunHo era su responsabilidad.

Caminó con las manos en los bolsillos, ni muy lento ni muy rápido, cuando entró al salón todos lo miraron y se contuvieron de exhalar unos buenos suspiros de alivio.

Choi SiWon era el único capaz de controlar a Jung YunHo de entre todos en el curso.

YunHo seguía allí, en la última banca del rincón, llorando sobre el pecho de YooChun, quien buscaba de vez en vez su rostro para limpiarlo con ayuda de un pañuelo blanco.

SiWon apretó el puño. Las lágrimas de Jung YunHo no podían ser limpiadas con algo tan simple como un pañuelo.

"—Deben ser lamidas."

Pero por supuesto, no por Park YooChun.

Llegó hacia ambos y de inmediato alejó el brazo del Park consiguiendo con eso que la cabeza de YunHo se alejara del leve sopor que provocaba el pecho ajeno, y que le mirara, con los ojos rojos y las lágrimas a tope.

—Ya sabes Chun, yo me encargo.

YooChun lo miro no muy convencido, luego se volvió a YunHo y le acaricio una mejilla, le sonrió y al fin se alejó por las buenas.

—Claro.

SiWon esperó a que estuviera lejos, quizá maldiciendo su persona a regañadientes.

Se puso en cuclillas, quedando a la misma altura del rostro de YunHo. Suspiro profundamente y le miró.

—Bien, ¿quieres decirme que ha sucedido?

YunHo sollozó un poco y colocó una de sus palmas sobre el cuello de Choi, acariciándolo.

—Me ha llamado WooJoo...

— ¿Te ha pedido que salgas con él y no has podido negártele?

YunHo movió la cabeza de un lado a otro, negando.

— ¿Entonces?, ¿que es tan malo como para que llores?

—Él me dijo—su voz se fue quebrando, al punto que SiWon necesitó pegar su oído a los labios rosas y brillantes de saliva—que sus padres van a separarse...—y más lágrimas bajaron por sus rojizos mofletes.

Choi esperó un poco, sopesando las lágrimas de YunHo y sus sollozos llenando sus oídos, pegó las frentes de ambos y preguntó con suavidad.

— ¿Y eso?, ¿a que viene tu tristeza?

YunHo agitó sus mojadas pestañas, como si no entendiera el porque de la pregunta de SiWon.

—Es mi amigo, estaba llorando cuando llamó, su tristeza es mía también.

Y soltó sobre la cabeza de Choi, empapada de cabellos negros, un flojo manotazo.

—Cabezota, ¿crees que solo te amo a ti?

Sin embargo YunHo no había terminado de decir aquellas palabras cuando ya tenia su cara contra el pecho de SiWon, exigiendo ser abrazado debidamente.

—Eres un idiota, lo sabes bien ¿cierto?

Jung no respondió, dejándose caer al lado de SiWon en el piso, refugiándose más si se podía en el cuerpo del otro, dejando que las manos del Choi llegaran a sus caderas, apresándolas con el tibio pulso de sus muñecas.

—Eres demasiado bueno, demasiado inocente, te lo he dicho.

SiWon sintió a YunHo asentir contra su cuerpo.

—Llorar por otros, mira, que estúpido...

Y las bonitas manos de su novio se arrastraron por su cuerpo, hasta llegar a su boca y cerrarla.

—Y esa es una de las razones por las que te amo tanto...

Las mismas manos de YunHo habían amortiguado la voz en susurro de Choi.

Primero fue silencio, luego SiWon oyó quedo un sollozo más, débil y alegre.

El agarre que YunHo mantenía sobre él se afianzó.

SiWon sonrió y recargó el mentón en el suave pelo de su YunHo, del YunHo que era de su propiedad, del único que podría tenerlo.

No había manera de cambiar a YunHo y no había manera de que él quisiera hacerlo.

Nunca.

                                                  Por que el WonHo se merecía algo más que "Impossible".

[♥]