Cuarto helado

Otra vez; espero que no se confundan con los recuerdos.

Gracias por leer~~♥

—Feliz cumpleaños—susurre a su oído, haciendo que saltara debido al susto.

— ¡ChangMinie!—y se aventó a mis brazos, estrujándome cruelmente.

Era receso y YunHo se encontraba en el salón solo, recio a salir.

— ¿Porque no estas allá afuera?

Hizo un puchero y bajó la mirada, jugando con los botones de su suéter café.

—Estaba esperándote—fue inevitable, mordí sus labios que se alzaban cariñosos.

—Idiota, yo fui a buscarte al patio, ¿acaso no sabes que te están esperando con una fiesta sorpresa?

Se abrazó a mi estomago, dejando recargada su cabeza allí.

—Yo solo quería que fueras el primero en felicitarme.

Cada cumpleaños, YunHo les  prohibía a sus amigos felicitarlo antes de que yo lo hiciera.

—Imbécil...—acaricie la línea de su cuello a su oreja, mientras besaba sus labios lentamente.

Y cuando era el mío, se aseguraba de hablarme a las doce en punto para ser él el primero en decirme "Feliz cumpleaños, ChangMinie. Te amo".

Y luego colgar sin ni siquiera dejar que yo le contestara algo.

—Nos esperan—dije, pero seguí besando sus labios rojos con sabor a cereza. Sabor del caramelo que tanto le gustaba comer, a escondidas en la clase de francés que era en la que más se aburría. Como un tonto, escondía la cabeza detrás de un libro cualquiera y lamia sus provisiones de dulces, hasta que la profesora, cansada de ser ignorada salía del salón.

Íbamos a escuelas diferentes, prestigiosas pero diferentes. A los 6 meses de salir YunHo un día me dijo: "Vente a estudiar a mi escuela".

Luego aclaró que si no quería, él se iría a estudiar a la mía. Yo odiaba la mía.

No quería que mi precioso Yunnie fuera a la misma y aburrida escuela que yo, donde sonreír era claramente un delito y solo era exclusivamente para hombres.

Iba además, un año más arriba que yo. A pesar de que solo era mayor por meses.

Cuando me pase a su escuela a mitad de año, y luego de que me hubo presentado a sus amigos y amigas con un "Ni intenten conquistarlo, él esta complemente enamorado y perdido por mi", sacó su locura momentánea. "Voy a reprobar un año para estar contigo", dijo sin abandonar la sonrisa, y luego dio un mordisco a su pizza.

Se lo prohibí.

Una y otra vez alce la voz a mi precioso novio por primera vez, vociferando que no permitiría que eso sucediera, e incluso amenazándolo con romper la relación.

Cuando dije eso...me arrepentí apenas termine la oración.

En automático, sus ojos se llenaron de lágrimas, sus hermosas manos corrieron a limpiarlas. Lo abrace.

—No vuelvas a decir algo así, ni de broma—y un golpe en mi pecho, uno más.

Y una herida hecha por mí en mi amado YunHo, se sumaba.

Tuve que prometer ir siempre por él a su salón, hacerle el desayuno lunes, miércoles y viernes, y pasar por él a su casa todas las mañanas.

La mamá de YunHo había contratado a un chef profesional, pero él decía que prefería mis desayunos, aunque me dejaba descansar martes y jueves de tener que levantarme más temprano de lo usual para evitar cortarme los dedos con un cuchillo.

Sus padres contaban con mínimo 7 limosinas. Pero él, obstinado como siempre, rechazaba todas y cada una.

Prefería ir caminando a mi lado, tomados de la mano soportando el aire frio de la mañana y corriendo en caso de estar yendo tarde.

Sin embargo, luego de correr 2 segundos, parábamos. La escuela se iba a un segundo plano.

El lago, el cine, un pasto verde donde tirarnos para besarnos levemente...toda cosa simple se volvía fantástica.

Entonces YunHo me miraba con su esplendida sonrisa, apretaba mi mano fuerte y susurraba suave.

— ¿Me amas, ChangMin?

—Por supuesto que no.

— ¡Por favor cariño!, es una kermes. Quiero casarme—YunHo me miró con sus ojos de cachorro y sus labios caídos.

Si supiera lo débil que soy contra eso...Oh, esperen un momento. Si, lo sabe.

—YunHo—tome sus hombros entre mis manos, mirándolo como solo se ve a un niño pequeño y berrinchudo—no voy a casarme en una kermes para que todos me vean.

— ¡Por dios ChangMin!, ¿cuando te ha importado lo que vea o piense de ti la gente?, lo único que quieres es hacerme enojar—y se cruzó de brazos, mirándome con su infantil ceño fruncido.

No. Nunca me ha importado ni me importara lo que se diga de mí.

Pero discutir por algo como eso, y verlo rabiar de su manera usual, tan linda. Era más divertido que decir un simple "Si amor, yo también quiero casarme contigo".

—Además, no me has pedido matrimonio como se debe, Jung YunHo—alce la ceja, su ceño se estrujo más.

— ¡Idiota!, ¡no debería ser yo el que deba pedirlo!—se levantó de la silla dispuesto a no hablarme por mínimo 15 minutos.

Jale su mano, mire a sus ojos, y use esa voz de seductor que ocupan los hombres de las telenovelas.

—Jung YunHo, ¿te casas conmigo?

Su rostro se coloreo, y tuvo el amago de cubrirse el rostro.

— ¡Idiota!...—volteo un momento hacía otra parte—sabes que si—correspondió a mi mirada y lo jale sentándolo en mis piernas—me casaría contigo cuantas veces sea posible.

Sonreí, bese sus sienes y él se abrazó a mi.

¿Cuanta felicidad puede cargar en su alma el ser humano?

— ¡Jovencitos!, ¡siéntense como es debido!

Porque creo yo, que en esa época, yo cargaba con más de la permitida.

—Enseguida, profesora...

Aquel anillo de plástico en mi dedo índice, fue cambiado 2 meses después por uno de oro blanco, al igual que el de YunHo.

Pero YunHo nunca dejó de llevar el anillo de plástico consigo, mandó comprar una cadena también de oro blanco y la usó para llevar al cuello el simple anillo.

—Porque con este anillo nos casamos por primera vez—decía, antes de besarme en la oreja.

Nos hemos casado tres veces. Pero no hay ninguna otra primera vez.

YunHo acunaba el anillo entre sus dedos largos, lo besaba y susurraba con una voz que se oía más preciosa de lo normal, "Te obligue a decir "acepto" frente a toda la escuela, te obligue a besarme en la mejilla y tomar mi mano entre las tuyas...perdóname. Pero no me arrepiento".

He llegado a pensar que el anillo de plástico color plata, le gustaba más que el bañado en oro.

La tercera vez que nos casamos, fue por mi estupidez.

Cuando creí que entre YunHo y HeeChul, un amigo suyo muy cercano, había algo. Hice de todo, dije de todo. Todo menos coherencias, justo ahora me parece tan patético e irreal, absurdo. ¿Como pude yo desconfiar de mi YunHo?

Él que cada que oía un rumor sobre mi decía; "Confió en ti, no en ellos".

Realmente debió odiarme en ese momento, donde presa de la ira y los celos termine nuestra relación, lanzándole el anillo a los pies.

De tan solo recordarlo se me seca la garganta.

Se lo dije claro "Ya no quiero seguir más contigo."

En ese momento creí que lágrimas y sollozos serían lo único que tendría por respuesta, pero no fue así. YunHo me sostuvo la mirada seriamente, abrió los labios y murmuró

"¿Estas seguro?"

Entonces explote gritándole que era imposible que pudiera estar más seguro de ello.

Levantó el anillo del suelo, rodeándolo con las deliciosas puntas de sus dedos.

—Espero que no te arrepientas—fue lo último que dijo antes de dar media vuelta.

Me arrepentí tan rápido como lo vi marcharse, viéndolo alejarse percibí lo enojado que estaba conmigo.

Mi YunHo no estaba triste, estaba cabreado, por que el imbécil de su ex esposo había dudado de él.

Veinte minutos después de que mis manos aventaran lejos el anillo que compartíamos, esas mismas manos se encontraban escribiendo un mensaje de texto pidiéndole a mi novio perdón.

"Idiota :P"

Fue su única respuesta.