Capítulo 3

No sabía cuantas veces se había venido ya, pero no importaba tampoco.

Estaba decidido a calmar su rabia e ignorar su estupidez, agradecía mentalmente a SungMin de no quejarse ni decir nada. Sólo gemir, cómo si realmente estuviera disfrutando que un hombre convertido en animal lo embistiera.

Recordó que se encontraba en la habitación de YunHo y sus ojos volaron a una foto en especial, una de YunHo abrazando por la cadera a JaeJoong.

YunHo había amado tanto a JaeJoong, que ChangMin no se pudo creer de inmediato dueño del presente amor del líder.

JaeJoong si obtuvo el corazón de YunHo, porque él si le había dicho que lo amaba. Habían durado años juntos y sólo los había separado la distancia, dejándolos cómo los mejores amigos que siempre habían sido.

Por eso ChangMin estaba tan desconfiado, tan recio a aceptar que ahora YunHo lo amaba sólo a él, por eso alejaba a todo aquel que pudiera conquistarlo.

Y se sintió imbécil al ver que dejó pasar a ZhouMi tan fácilmente

Pero si YunHo lo amaba, ¿por qué besaría a ZhouMi?

Embistió una vez más el cuerpo de SungMin, quien gimió mientras su cuerpo temblaba.

Y si él amaba a YunHo, ¿por qué se acostaba con SungMin?

Apretó la cintura no tan delgada del mayor entre sus manos.

Justo en ese momento, no podía decir quien de los dos era peor.






La mano de YunHo se movía nerviosamente posada sobre su pierna.

ZhouMi la estrujó entre la suya.

Jung se sorprendió, hacia mucho tiempo que no tenía a alguien que lo apoyara tanto.

Sonrió, respondiendo la misma sonrisa que WuHan le mostraba.

Afrontar algo así acompañado, no era tan malo.

Porque el menor había insistido en irse con él en su camioneta, luego de ver lo nervioso que se encontraba.

Y YunHo no sabía, pero ZhouMi intuía lo que por su cabeza pasaba.

DongHae lo reafirmo cuando tomó su brazo y su mirada inmersa en pena bajó, incapaz de darle una advertencia.

Tenía que estar junto a YunHo, de eso estaba seguro.

Llegaron al edificio, YunHo de inmediato se bajó deshaciéndose del agarre.

Lo miró, sin saber que decir.

— ¿Puedo pedirle a tu manager que me lleve a mi edificio?—murmuró. YunHo se destenso un poco, visiblemente aliviado.

—Por supuesto, cuídate mucho—una sonrisa y reanudó la casi carrera hacia la puerta.

—Supongo que no voy a llevarte a ninguna parte, ¿verdad?—dedujo el manager sentado al volante, apagando por completo el motor.

—Así es, vamos a esperar a ver que pasa.

ZhouMi ni siquiera perdió tiempo en sonrojarse, pensando que probablemente era demasiado obvio con sus sentimientos. 

Jamás había sentido tal presión en su pecho caminando hacia su hogar.

Inconscientemente se mordía los labios con fuerza hasta el punto de que el inferior comenzó a sangrar.

No se dio cuenta y siguió avanzando, sin prender ninguna luz, sin hacer ruido, como si formara parte del viento que se colaba por las ventanas.

Apenas abrió la puerta cayó en cuenta de los dos pares de zapatos desperdigados en la entrada. Uno era de ChangMin, el otro. Lo desconocía.

Se tapó la boca y llegó a tientas a la sala, donde nada parecía fuera de lugar.

Pensó en ir al cuarto del menor y verificar que estuviera ahí, tal vez durmiendo bajó las sabanas, pero desechó la idea.

Necesitaba calmarse.

Respiro fuertemente un poco, deseando que su estomago dejara de pesar tanto debido a los nervios.

Caminó hacia su cuarto. Y lo escuchó.

El ruido traicionero de una garganta siendo acribillada por el placer, unos gemidos agudos y otros más graves.

Apenas unas palabras de por medio constituidas por "más, más..."

—Chang...Min...

Y el celular en su mano cayó al suelo.

Los gemidos se detuvieron dentro, y las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas.

Iba a ser doloroso pero era necesario.

Abrió la puerta de su propio cuarto. Y allí estaban.

Las piernas de SungMin alrededor de la cintura del Shim, ambos sudados y con los labios rojos.

El sollozo de YunHo apagó el sonido de la respiración de ambos, sus rodillas cayeron al suelo y sus manos cubrieron su cara.

—YunHo...

— ¡Maldita sea!—ChangMin se levantó de un salto apartando a SungMin de su cuerpo con fuerza, cogió sus pantalones del suelo y se los puso tan veloz como pudo—YunHo, YunHo—se acercó al líder para abrazarlo—no es lo que crees, ¡por dios!, YunHo—se sintió estúpido. Nada de lo que dijera podía quitar lo que el mayor había visto—YunHo, entiende—oprimió fuerte su cuerpo contra el del otro, con miedo a que este se levantara y se fuera—no es, esto no...no es importante. Yo sólo te quiero a ti—y lo había dicho, tan fluidamente que apenas se dio cuenta cuando sus labios ya lo habían pronunciado.

Le había dicho que lo quería, sólo a él, y una victoria se celebró para sí mismo mentalmente, pero regresó a su situación.

Al YunHo en cuclillas que oprimía su cara contra sus manos sollozando desconsoladamente.

—Perdóname mi amor...—besó las manos de YunHo en el acto, mientras SungMin detrás suyo veía la escena con nostalgia, olvidándose de buscar su ropa y tapándose sólo con una sabana—el único importante eres tú. Sólo tú.

ChangMin se sorprendió de lo fácil que resultaba ahora decir cosas cómo esas, y es que la situación se lo facilitaba, cómo si el pegamento que mantenía su boca cerrada hubiera sido quitado. Entonces recordó a SungMin y su cara giró sólo por un segundo.

—Lárgate—ordenó. 

Medio minuto después Lee SungMin abandonaba el departamento de Dong Bang Shin Ki.

Se aseguró de no estar olvidando nada, porque ahora sabía que ya nunca volvería.

Bajó las escaleras sin despegar la mirada de sus tenis. Tan miserable.

— ¡Eh!, ¡SungMin!—y ZhouMi corriendo para llegar a él no ayudó— ¿que ocurre allá arriba?

La cara preocupada del líder no fue respondida con palabras, SungMin bajó el rostro completamente avergonzado de sí mismo.

—Vaya, así que si es lo que creí—fue lo último que oyó decir de WaHun, pues este ya se encontraba corriendo sobre las escaleras.

YunHo ni siquiera podía alejar el cuerpo de ChangMin que se alzaba sobre el suyo, y los labios del menor que besaban los suyos por los huecos de sus dedos.

—Tranquilo, de ahora en adelante todo va a estar bien—susurraba Shim, robando las lágrimas de la piel del Jung.

YunHo se sentía tan inmerso en mentira que apenas podía soportar tener las manos de ChangMin sobre su cuerpo, porque ChangMin le había dado a entender que no lo quería y que nunca lo podría llegar a querer, porque de un momento a otro todo parecía estar no tan mal y luego ChangMin manchando su felicidad teniendo sexo en su propia habitación. Con SungMin.

Y todo parecía tan tonto, tan difuso. Y lo único que podía hacer era llorar, mientras las sucias manos de aquel a quien aún amaba trataban de reconfortarlo.

—No me toques—susurró su voz débil inmersa en sollozos.

— ¿Qué?

— ¡Que no me toques!—empujó con ambas manos el pecho de Shim, abandonando su cara.

Comenzó a golpearlo con todas las fuerzas que logró acumular, una y otra vez, sus puños vueltos blancos por la presión.

— ¡Sucio!, ¡imbécil!, ¡te odio!

ChangMin logró detenerlo por las muñecas.

—No te engañes—se acercó a su oído—tú me amas, Yun...

— ¡YunHo!, ¿donde estás, YunHo?

La voz que ese día escuchó tanto, se dejó oír. YunHo sintió un alivio enorme.

ChangMin arrugó el entrecejo.

—Así que no soy el único que se ha portado mal—gruñó, levantándose del suelo sin soltar las muñecas del mayor— ¿que demonios quieres, zorrito?—preguntó hacia ZhouMi, caminando hacia la sala.

—YunHo—ZhouMi notó los rojísimos ojos de YunHo y se arrepintió de no haber subido con él— ¡¿que demonios le haces estúpido?!—se dirigió a Shim al observar las enrojecidas muñecas del mayor.

—Todo lo que le haga no te incumbe, él es mío ¿por qué no te largas y te buscas a otro?, por lo que pude observar hoy, no te resulta nada difícil—y llevó su lengua pasándola por todo el cuello de YunHo—porque yo no voy a compartir a este hombre.

— ¡Maldito enfermo!, ¡tú dijiste que no lo querías!, ¡yo si lo quiero!, ¿por qué de repente cambias de opinión?

Sintió muy pesada su mejilla derecha, y un entumecimiento después. Cayó sobre la alfombra.

ChangMin lo había golpeado, soltando a YunHo quien cayó de rodillas al suelo.

—Tú no sabes nada de nosotros, no tienes idea de lo que siento por él. YunHo es mío sin importar lo que hagas ni cuanto lo quieras. Tal vez el te haya besado hoy, pero eso no significa nada. Porque YunHo te besó pensando en mí.

ZhouMi vio desde donde estaba los ojos de YunHo que no veían a nada, todavía lloraba y sus iris negrísimas querían disculparse por algo.

—Perdóname ZhouMi...yo no puedo dejar de amarlo.

Fueron segundos de silencio, tal vez minutos. WuHan deseó no haber oído bien, posiblemente los gritos de las fans en el concierto le habían dañado el oído.

Porque YunHo no pudo haber dicho eso. No.

ChangMin tomó la espalda de YunHo y el espacio detrás de sus rodillas. Lo alzó. Y las manos del mayor se acoplaron a su cuello dócilmente.

—Desaparece.

Fue lo último que dijo.

Regresó sobre sus pasos cuando se dirigía a la habitación de YunHo luego de que este negara con la cabeza.

—A la habitación de huéspedes—pidió.

—Ahí no...a la mía—un beso en la frente de YunHo de aquellos labios mentirosos y traicioneros.

YunHo y ZhouMi entendieron, al parecer la cama de la habitación de huéspedes también estaba sucia.

El líder de Super Junior M observó como la puerta de madera era cerrada y el como era completamente olvidado.

Suspiró alborotando su cabello y levantándose del suelo.

Al parecer si pediría al manager de YunHo que lo llevara a casa.

Sólo que con un pedazo de corazón menos.