La razón

— ¡Hiciste todo un melodrama!, ¿se puede saber por qué?

Nuestras manos estaban aferradas, palma con palma, y los dedos entrelazados. 

Tal y cómo siempre estaban cada que podíamos permitírnoslo.

—Es que yo…—su labio superior se escondió detrás del inferior, creando un gesto infantil y sexy estando en él—amo a YunHo.

Algo en mi pecho pareció removerse.

— ¿Ah, sí?

—Si.

— ¿Y por qué?

Puso cara pensativa y miró al suelo.

—No lo sé.

Cómo lo imaginaba. Ni él mismo sabe el porque está conmigo.

Rayos, es algo doloroso. Porque yo sé a la perfección el porque estoy con él.

—Ya veo…

—Quizá es debido a que te amo, y entonces eso hace que te ame más, más…—extendió los brazos, creando una demostración de lo infinito sin soltar mi mano.

Reí y mis ánimos parecieron mejorar ante la incoherente explicación.

—Bien, eso…me parece bien.

Si no sabes porque me amas, entonces no te lo preguntes.

Tan solo ámame, ámame y no dejes de hacerlo.

Al igual y como haré yo.

— ¿Y tú, porque me amas?

—…

Sorpresivamente, no contaba con que me quedaría callado ante esa interrogación.

—Fin—