viernes, julio 29, 2011

Mío


Las campanas repicaron y supo que debía moverse.

Los novios pasarían pronto. 

Así el novio esperaba en el altar y tal cómo predijo la novia no tardó en aparecer. Preciosa pensó, pero más precioso él.

ChangMin sonreía como muchas veces atrás le había sonreído sólo a él, sin preocuparse en cubrir su rostro atontado y feliz. Fue cuando sus ojos se cruzaron con los suyos que pudo ver un dejo de tristeza, pero decidió sonreír. No quería que estuviera triste por él, no lo merecía. Se suponía que ese era uno de los mejores días de su vida.

La joven muchacha pasó a su lado del brazo de su orgulloso padre, una leve inclinación le indicó que lo recordaba. Por supuesto que te recuerda. Eres el mejor amigo del novio, de su futuro esposo.

Llegó por fin al lado de ChangMin y este le sonrió aún más enajenado, le susurró algo que YunHo adivinó cómo “luces hermosa". Y la ceremonia comenzó.

Miraba alrededor con el pretexto de buscar rostros conocidos, cuando en realidad lo único que quería era no verlo, no ver la profunda unión que ocurría frente a él. MinHo, DongHae, JongHyun... correspondían a su mirada con una aún más triste que la suya, apoyo leía en sus labios y ojos. Se fuerte también. Y pudo rectificarlo cuando JaeJoong a su lado apretó su palma.

—Yunnie...—y lo miró del mismo modo que estaban mirándolo todos, del modo que tanto odiaba; con pena.

—Estoy bien Joongie—y Jae le volvió a sonreír más intranquilo. No, no estaba muy bien del todo.

Fue en el momento que ChangMin dijo "acepto" que pudo sentirlo.

La mirada cálida de alguien sobre su cuerpo, esa ausencia de pena, esa sobredosis de ilusión. Volvió su rostro y lo encontró; ataviado en un esmoquin cómo poco lo veía incluso conociéndolo desde tanto.

HeeChul estaba ahí, regalándole una mirada única entre todas las que le obsequiaban, sonriéndole no con pena ni con preocupación. Sino con esperanza.

Se levantó como jalado por una fuerza que hace mucho no sentía, y llegó frente al Kim.

—Yunnie, ¿quieres sentarte?—SungMin al lado del mayor comprendió la indirecta y se corrió un lugar, YunHo se sentó sin dudarlo.

—HeeChul...

—Si, así me llamo, que bueno que lo recuerdes—las palabras de HeeChul sonaban ausentes pero su tono y voz además de la inseparable sonrisa en sus labios le impedían lucir frío. Sus ojos brillaban, como escaneando el rostro impávido de Jung que parecía aún no creer que estuviera allí.

— ¿Porque...estas aquí?

HeeChul rio y todos alrededor parecieron dejar de prestar atención a la ceremonia por un momento.

— ¿No es ChangMin mi amigo?—YunHo asintió como un robot al que le han dado una orden—entonces, ya veras la razón.

—Me refiero, ¿que hay de mí?, ¿tengo yo algo que ver en esto?

Los ojos de Kim cambiaron y mostraron un nerviosismo que sólo duro unos instantes.

—Si, si Yunnie. Tú eres la razón de todo esto—el puño de HeeChul arrugó la manga de Jung— ¿no quieres?

— ¿Qué?

— ¿No quieres saber lo que tengo para ti?

YunHo se estremeció y aquello pareció hacerle retroceder a cuando era sólo un adolescente, y las cosas cursis y dulces de HeeChul lo sacudían y ponían en jaque, haciéndole perder la razón.

—Dime...

— ¿No ves esto cómo una señal?—los ojos cafés se escondieron y el puño apretó más la manga—quizá...quizá tú siempre has sido mío.
Y sólo pudo levantar la barbilla y besar sus labios entonces. 

Recordó el largo tiempo que habían salido juntos, lo bien que se sentían las manos suaves de HeeChul entre las suyas y la razón por la que habían terminado; ChangMin. Pero ahora el tiempo y las circunstancias parecían ponerlo de nuevo todo en su lugar.






—Puede besar a la novia.

ChangMin miró a los ojos de su ya esposa, pero algo provocó que volteara a la audiencia y de entre todos los presentes visualizara específicamente a dos. 
Aquellos dos que siempre se habían amado.

Su corazón retumbó por un momento, presa de un sentimiento que no pudo definir, no era algo agradable y luego supuso que eran los retazos de amor que quedaban en su corazón hacía YunHo. 

Sonrió y volvió a mirar a su bella señorita.

Lo amaba en ese momento y lo amó aún más cuando fue el preciado tiempo de los dos, pero sabía que con quien quería estar yacía frente a él, así deseó lo mejor para esos dos impertinentes que se robaban la atención de su publico. Y besó a su esposa feliz, atesorando el tiempo que había podido estar con YunHo.






Los labios de HeeChul sabían a cereza y su olor era inexplicable, se sentía como si una brisa lo hubiera azotado dejándole sin sentido común ni cordura. 

Apenas se separaron los ojos de ambos se miraron magnetizados, dudosos, temblorosos, temerosos de que aquello no pudiera funcionar.

Pero entonces la mano de HeeChul apresó la suya de nuevo, haciendo que reconociera aquel tacto tan único al instante, tan suave.

—Tenemos que ponernos de acuerdo Yunnie.

— ¿En que?—sonrió acomodando los cabellos castaños de Chul.

— ¿En tu casa o en la mía?—y YunHo casi se deshace de risa— ¡estoy hablando en serio!

— ¡Chul!, no recordaba que fueras tan rápido—se limpió las pequeñas lágrimas y Kim sonrió al oír el adorado diminutivo de su nombre en los labios de YunHo.

—Pero Yunnie, ¿de que hablas?, ¡lo que menos tenemos es tiempo!, además si yo no te hago avanzar tú solo iras más lento que una tortuga.

El mayor se cruzó de brazos dando a entender que no aceptaría negativas, YunHo sólo paso un brazo por sobre sus hombros y cruzó las piernas.

—Bien, como sea. Lo acepto, ¿no hay de otra verdad?

—Por supuesto que no—golpeó juguetón la punta de la nariz de Jung—ahora si, dime ¿en tu casa o en la mía?

—Ya te dije que eso si es ir rápido.

— ¿Rápido?, ¿que tiene de rápido comenzar a vivir juntos?—YunHo suspiró algo decepcionado y HeeChul soltó una risita burlona— ¿o que pensabas?, ¿que quería hacer cochinadas contigo? ¡Yunnie, ese no es mi estilo!

—Ya, ya, yo digo que en tu casa. En la mía apenas puedo encontrar la puerta.

HeeChul sonrió aún más cuando la cabeza de YunHo golpeó la suya y se quedó allí, recargada.

—Abusivo.

—Pervertido.

Pero su corazón comenzó a revolotear cómo loco cuando los ojos de Jung se posaron en la pareja de recién casados, para luego sonreírle a ChangMin con plena sinceridad.

—Si—susurró YunHo, quedito en su lóbulo—quizá siempre he sido tuyo.

HeeChul se aplastó contra el cuerpo de YunHo en un fugaz abrazo, y la mano del menor tomó la suya. 

Tan fuerte que apenas podía respirar, y tan rápido que no oía sus propios latidos, porque lo que es de uno siempre regresa. 

Sin importar cuanto tiempo se ha perdido.

1 comentario:

  1. Changmin se caso .. Dx .. pero bueno yunnie al final .. se pudo quedar co0n hechul .. ya que ya no podia con changmin .. Lindoo :3

    ResponderEliminar