Bajó
las escaleras con rapidez, la rejilla se cerró tras su espalda y él corrió
hacía la cocina.
Comió
con cierta premura y desorden dos panecillos suaves de queso, y un trago de
leche directamente del envase, sopesó el ir a saludar a las visitas a las que
atendían sus padres, pero el sólo pensar en los temas tan mal tratados, con errónea
información y absurdas opiniones personales que se formaban alrededor de la
mesa cada que esas visitas acudían, desistió.
Su
humor era bueno, apacible, estaba en esa línea neutral agradable, sin furia u
enojo, y no quería salir de allí.
Revisó
las repisas una vez más en busca de algún bocadillo, pero no encontró nada,
suspiró y regresó.
A
través de los agujeros del diseño de la reja, pudo notar una figura negra,
pequeña, paciente. Sonrió y abrió la reja.
Su
pequeña chihuahua esperaba, y aun cuando él abrió la reja ella no se movió, como
si estuviera esperando que él subiera o la dejará salir con él.
Tenía 3
perros, dos de raza mediana y a ella, la más pequeña a pesar de que era ya una
adulta. Los otros dos perros al ser dejados atrás, lloraban, gimoteaban y no se
rendían en su afán.
Pero
ella era diferente.
Cuándo
no podía alcanzarlo a través de su caminar rápido por las escaleras, se sentaba
en el último escalón, con el trasero sobre el suelo y la mirada de ojos grandes
y negros atentos, esperando, siempre pacientes. Ella no chillaba o ladraba, así
que él no se enteraba de que estuvo allí todo el tiempo hasta que regresaba.
Ella,
sin quejas, esperaba todo el tiempo que fuera necesario.
La
levantó en brazos, le besó el pequeño belfo y subió las escaleras.
—Ah…
—Hola.
YunHo
parpadeó varias veces ante la imagen, ChangMin esperó mientras él decidía que
decir.
—Ah… ¿qué
pasa?
ChangMin
bajó los brazos que estaban entrelazados contra su pecho y comenzó a sobarse
las pantorrillas, extendidas frente a él.
—Llegué
temprano, pero tú no estabas.
YunHo
vagó los ojos sobre ChangMin; sentado en el pequeño escalón apenas entrar al
departamento, sin nada en las manos, sin realizar nada en sí, cómo un niño
pequeño que no pudiera hacer nada sin él.
—Pero…
¿por qué tú?
Fue el
turno de ChangMin de parpadear, con sus grandes ojos desapareciendo tras las
mantas de sus pestañas.
— ¿Comemos
fuera? —sugirió finalmente YunHo, convencido de que ChangMin no se movería si
él no proponía algo.
— ¡Sí! —ChangMin
se levantó, se sacudió los pantalones y después de despojar a YunHo de su bolso
se colocó a su lado, caminando hacía el ascensor.
YunHo
le diría a ChangMin, con toda confianza, lo mucho que este se parecía a la
perrita chihuahua que tuvo en la adolescencia, pero no lo haría, sólo porque
jamás, jamás podría cargar entre sus brazos a ChangMin de la forma en la que cargaba
a Hana.
Con una
sola mano.
Ella es Hana ft Loki durmiendo & mi cuarto sucio. Tímida chihuahua que muestra su amor silenciosamente, pacientemente. Muy diferente a cómo lo hacen sus hermanos.
Que bonito , Esta hermosa tu Nenita :3
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