Manía

Suspiró hondamente, se encontraba sentado en uno de los sillones de piel de la sala, leyendo por decima vez una de sus novelas favoritas; ‘Un grito de amor desde el centro del mundo’.

El sonido de la puerta le avisó que ChangMin ya había llegado, pero la lectura lo tenía atrapado, no se movió en lo absoluto.

Unos pasos y el otro extremo del sillón se hundió.

—Hola.

—Si claro, tu novio viene de una extenuante sesión fotográfica donde casi lo desnudan, lo que en un futuro provocara que miles de mujeres y obviamente también hombres se exciten maquinalmente al verlo y deseen tenerlo en su cama, lo que te tendrá haciendo rabietas y actuando cómo niña ¿y lo único que puedes decir es “hola”?

YunHo sonrió, el tono de Shim reflejaba cansancio pero sus genuinos diálogos no desaparecían.

—Qué bueno que llegaste, temí que te hubieran raptado para usarte de esclavo sexual, no sabes cuánto te amo. ¿Mejor?

—Mucho mejor—y la sonrisa en ChangMin fue adivinable.

YunHo se mordió el labio, se encontraba en uno de los capítulos más interesantes mas se obligó a mirar a ChangMin, este estaba con la cabeza hacia atrás, los ojos cerrados y las largas piernas estiradas.

—Tus fans se sorprenderían de lo poco elegante que te ves ahora—le picó.

—No lo creo, y aún así les seguiría gustando.

—Ya sé.

ChangMin abrió los ojos y YunHo lo hizo.

Hizo eso que hacia siempre sin darse cuenta, llevó su palma extendida entre sus piernas y la dejó allí, rodeando uno de sus muslos. Una posición cómoda que adoptaba inconscientemente de vez en cuando.

Pero para ChangMin no era así, para él era muy notable esa pose insinuante que en YunHo sólo gritaba inocencia.

Sonrió, divertido.

Acarició sus escasas fuerzas y condujo una de sus manos a la rodilla más cercana del Jung, este se sobresaltó tomado por sorpresa, volteó, pero ChangMin ya había cerrado los ojos, de nuevo.

YunHo dudó, la mano de ChangMin avanzó hasta sus muslos y los separó levemente para introducirse entre ellos. Y el Jung comenzó a temer por su tranquilidad, conocía bien a su novio y se conocía a sí mismo.

Si ChangMin lo pedía, él no podría negarse.

Pero algo ocurrió.

La mano del Shim apretó la suya aún entre sus muslos y el enlace se depositó sutil sobre la pierna de YunHo. Y residió allí, estático.

YunHo parpadeó, confundido.

Luego sintió la barbilla tibia de ChangMin chocar contra su cuello sutilmente, para plasmarse allí, y la respiración calmada de su pareja le indicó todo.

Shim ChangMin también se cansaba.

— ¿Sabes que estás siendo muy dulce justo ahora? —susurró suave, besando una de las grandes orejas del Shim.

—Si, por eso si lo cuentas a alguien, te golpeo.

—Eres incapaz de golpearme.

—No me refiero…a esos golpes—y por el tono lo entendió. Se sonrojó.

ChangMin sonrió.

De vez en cuando podía tratar de ser dulce, sólo de vez en cuando.

El libro que YunHo estaba leyendo es obra de Kyoichi Katayama, 'Un grito de amor desde el centro del mundo'. Uno de mis libros favoritos.