So bad

Las semanas fueron avanzando con una lentitud demoniaca, casi insufrible.

Cuando tonteaba en plena clase a veces sacaba el móvil dispuesto a mandar algún mensaje a YunHo cuando sabia que el mayor tenía su clase de reforzamiento o algún descanso, entonces, cuando su pulgar estaba a punto de mandar el texto hacia el móvil del otro muchacho…lo recordaba.

El hecho de que él ya no salía más con Jung YunHo.

En ese momento devolvía el teléfono a su bolsillo, con fastidio y nostalgia mal disimulada, el profesor seguía explicando cosas que no se esforzaba por entender y SeungHyun le mandaba una mirada interrogativa.

YooChun lo ignoraba y se enterraba en sus libros, sin leer nada.

— ¿Qué demonios haces? —preguntaba seguidamente TOP.

—Yo creo que Einstein luce mejor con el bigote negro—respondía distraídamente YooChun sin hacerle mucho caso, llevando su bolígrafo de tinta negra sobre la parte superior de los labios impresos en su libro.

—Ese es Franklin, ¡y ni siquiera tiene bigote!

YooChun sonreía a SeungHyun con aire triste.

—Bromeaba.

TOP tuvo suficiente de eso con sólo dos días.

Creía saber lo que ocurría pero debía averiguarlo para tener la certeza absoluta, aunque la razón de ello era más genuina curiosidad que otra cosa.

Jung YunHo era una cosa que cualquier padre, maestro y adulto amaría. 

Era amable, era lindo, tenía unas mejillas apachurrables, iba bien en la escuela —excelente en realidad—, y jamás decía una mala palabra.

Por eso cuando se enteró de que ese Jung YunHo y su amigo Park YooChun salían juntos, lo primero que pensó fue que era una broma. Una de muy, muy mal gusto.

A pesar de ello los meses pasaron rápido, conformando un año y medio desde que se enteró y percatándose agriamente de que YooChun se había dignado a aprobar seis de las ocho materias, con promedio digno. 

Mientras él y los otros chicos debían cursar clases extras para pasar de año.

Por ello, para un estudiante cómo él hablar con Jung YunHo era algo que se salía de la rutina no marcada del instituto, él era parte del grupo de estudiantes con auras negras, visto sin futuro por sus profesores, YunHo era uno de los consentidos de todos los docentes, el tipo de chico que no puede hacer otra cosa más que triunfar. SeungHyun escupió sobre el piso mientras pasaba por la estantería que contenía los premios que había ganado la escuela, la mayoría gracias a Jung YunHo.

Se saltó la clase de historia para hablar con el muchacho, lo esperó fuera del salón de música. Gracias a YooChun se sabía de memoria el horario del curso de YunHo, siendo que desconocía por completo el de su propio grupo. 

Poco después de que el timbre sonó YunHo salió por la gran puerta, dirigiéndose puntual a su siguiente clase mientras platicaba animadamente con uno de sus amigos.

SeungHyun ignoró el hecho y se plantó frente al niño bonito, interceptando su camino.

—Necesito hablar contigo—dijo.

El chico que iba con YunHo le miró con miedo, TOP retuvo una risa, reconocía su cara y sabía su nombre, aunque en ese momento no lo recordaba. YooChun tenía siempre la jodida necesidad de decirle todo lo que YunHo le contaba, los nombres de sus amigos, sus cosas favoritas…a SeungHyun le espantaba el hecho de que sabia casi todo lo que YooChun de YunHo.

—A solas—apremió, dándose cuenta de que el amigo asustadizo no daba índices de irse.

—Tengo clase…

—Por eso apresúrate, tenemos cinco minutos.

YunHo se volvió hacia su amigo.

—DongHae adelántate con SiWon, no tardo.

Ah. Con que era DongHae.

—Pero YunHo…

—Ve. No hablaremos por mucho tiempo—Choi contestó y el chico siguió su camino no sin antes mandarle una mueca de desconfianza, dejándolos solos.

— ¿Qué quieres decirme? —cuestionó el mayor siguiendo el recorrido de DongHae con la mirada—tú y yo nunca tuvimos asuntos, según creo.

Ese jodido lenguaje de anciano. SeungHyun recordó la razón por la que odió el hecho de que YooChun se enamorara de ese niño bonito.

No era tanto su cara pequeña con los ojos dulces, o la muy buena posición de su familia, ni siquiera las calificaciones ridículamente excelentes que poseía. Era su forma de expresarse, siempre tranquilo, siempre cortes y amable, tan impersonal que parecía un simple empaque de todos los buenos modales habidos y por haber.

Tuvo impulsos de escupir, luego desistió por tener al frente a quien tenía y al darse cuenta de ello agrupó cuanta saliva pudo y escupió a los pies de YunHo, cerca de sus zapatos. 

Se percató de que YunHo contuvo una mueca.

— ¿Por qué dejaste a YooChun?

El chico se rascó la nariz haciendo a un lado los lentes de armazón negro.

—SeungHyun, creo, sin ofender, que ese es un asunto de YooChun y mío. Sin embargo si te interesa saber la razón de nuestra ruptura bien puedes preguntarle a…

— ¡Cierra la boca, maldita sea!

YunHo se calló de sopetón, claramente nada acostumbrado a que alguien le alzara la voz o le hablara así. Parecía un muñeco de porcelana con expresión asustada recién hecho.

—Me enferma la puta forma en la que hablas, olvídalo, me importa un pepino la razón por la que rompieron, igual siempre he creído que ustedes dos no iban a llegar a nada, YooChun estará mejor sin ti. Sólo es cuestión de tiempo.

Se dio la vuelta, cabreado a más no poder, dispuesto a no volver a hablarle jamás en la vida a ese chico y sintiéndose estúpido por haber ido a buscarlo en primer lugar.

—Choi…—la voz suave de YunHo le llegó antes de que diera el tercer paso—siempre he sabido que no te agrado, y aunque no entienda el porqué…—YunHo se detuvo, cómo intimidado por el sonido de fastidio que SeungHyun emitió sin darse cuenta. —El cumpleaños de YooChun es en dos días—repuso en su lugar, cómo intentando borrar lo anterior dicho—le compré algo desde hace un mes y sería raro dárselo ya que ahora no somos nada. ¿Podrías?...me gustaría que se lo dieras por mí. No tienes que decirle que es de mi parte.

—YooChun y yo somos amigos desde la primaria y con todo y eso nunca, jamás le he dado un regalo. ¿Qué crees que sea más raro?, ¿qué su dulce ex novio le dé el regalo que compró hace un mes para no desperdiciarlo, o que su amigo de toda la vida de repente se ponga cursi y le entregue algún detalle envuelto?, tú dime YunHo.

El mayor se quedó callado, SeungHyun dio un paso más, alejándose.

—Creo que él no ponía lo suficiente de su parte.

La oración fue susurrada, pudiendo con ello fácilmente ser ignorada por Choi pero TOP hizo todo lo contrario, pisó fuertemente, matando la distancia entre ambos, mirando a la pequeña y apuesta cara con el ceño fruncido en molestia.

— ¿Qué mierda quieres decir?

YunHo parpadeó para mirarlo, sus pestañas largas y negras se agitaron con sumo encanto, SeungHyun tuvo ganas de escupirle, sino supiera el gran encanto natural que el Jung supuraba vería esa acción cómo coqueteo puro.

Sin embargo las pestañas largas seguían agitándose en confusión a la par de los parpadeos seguidos de YunHo.

—Yo sólo…deje a YooChun por qué creo que él no se esforzaba tanto cómo yo en nuestra relación.

Eso fue el colmo para SeungHyun y, aunque las bonitas pestañas seguían agitándose en la aflicción, tomó los hombros de YunHo con sus dos manos dejando caer al piso los maletines de ambos, enterrando sus uñas gruesas en la carne y sacando del mayor un quejido sorpresivo.

— ¿Crees que él no se esforzaba?, ¡¿es eso?! —YunHo no respondió, se quedó mirándolo con los ojos muy abiertos— ¿sabes cuantas veces rechazó una salida con nosotros sólo para acompañarte a casa?, o en tu cumpleaños, ¿sabes que nos pidió dinero prestado para comprarte lo que quería y tuvo que aguantar ser nuestro sirviente por una semana?, lavo nuestra ropa, hizo nuestras tareas y sólo por ti ¡por ti!, para que su puto y asqueroso novio sonriera durante todo el día, ¡o la vez que se te acabo la tinta! le mandaste tu trabajo pidiendo que lo imprimiera por ti, él no te lo dijo pero su impresora tenía tinta únicamente para un trabajo y él debía imprimir uno también ¿sabes que hizo el estúpido?, imprimió tu trabajo y desechó el suyo, siendo que sino lo entregaba reprobaba el curso y tratándose de ti sólo habrías tenido una menor calificación, tu perfecto diez se habría ido, ¡nada más!—SeungHyun le reclamaba a la cara, el aliento lleno de irá golpeando el rostro estupefacto de YunHo—¡joder!, ¡él te amaba! —la voz volviéndose apagada y afectada luego—él te ama. Y si crees que no se esforzó mientras estaban juntos entonces no vales lo mucho que YooChun piensa.

SeungHyun respiró hondo, soltando los hombros de YunHo.

El mayor tenía los ojos vidriosos y una expresión descolocada.

—Nos vemos—terminó por decir Choi, levantando su maletín del suelo.

Mientras se alejaba el timbre sonó de nuevo, anunciando el comienzo de la siguiente clase.

YunHo seguía allí, sin moverse ni un centímetro.

SeungHyun adivinó que alguien tendría manchado su historial de asistencia perfecto para entonces.