YooChun mira por encima del hombro de su amigo, sin
contestar nada. El otro chico sigue jadeando, inquieto.
—Vamos muévete YooChun, no hay tiempo—le incita SeungHyun
palmeándole la espalda antes de tomar su mochila y salir corriendo del salón.
—Ya sonó el timbre…pronto vendrá el profesor—le advirtió TaeYang,
luchando contra su respiración alterada—vamos.
Dong dio media vuelta y siguió el camino que Choi trazó
anteriormente. Nadie en el salón se asombró por el alboroto, todos estaban bastante
ocupados en sus respectivos asuntos y no era nada novedoso que el grupo de
amigos de YooChun, denominado XZ4 se escabullera de las clases cuando quisiera.
YooChun metió el único cuaderno que se dignó a sacar para
la clase anterior de vuelta en su mochila, con la vista perdida.
Hoy
salgo muy tarde, y mamá quiere que pase a comprar ciertas cosas que sólo se
consiguen en ese barrio tan peligroso del que te conté. ¿Me acompañarías?
Chasqueó la lengua, enojado e impotente, se colgó la
mochila a la espalda y salió corriendo del aula, siguiendo a sus amigos.
En
verdad me da mucho miedo, sino fuera así no te molestaría en lo absoluto. Lo
siento.
YooChun recordó que cuando YunHo pronunció aquello, lo
calló con un beso tierno y consolador.
“No pasa nada”, dijo “no me molesta”.
Aceleró el paso para cruzar la carretera cuando el
semáforo aún estaba en verde.
Te
estaré esperando en la jardinera central del patio.
El cuerpo le dolía de una manera endemoniada, caminaba
aferrándose con una mano de la pared y apretando su estomago dolorosamente con
la otra, todo le punzaba a horrores sin embargo sabía perfectamente que su cara
no tenía moretones y que si alguien le revisaba incluso concienzudamente el
rostro, no podría adivinar la tremenda pelea callejera que acababa de tener.
Porque aquellos tipos eran más duros de lo que el grupo XZ4 podía soportar.
No golpeaban en la cara, ni en los brazos, mantenían los
puños cerrados así las manos se les moretearan debido a tanto golpe limpio. Se
iban contra el estomago, el vientre, las piernas, el pecho. A patadas, puños
cerrados y jaloneos previos.
Eran fuertes, capaces y unidos. Así cómo ellos, la gran diferencia es que iban
en un grado mayor y llevaban más tiempo siendo gamberros, por eso nunca habían
podido vencerlos.
SeungHyun llevaba el brazo de SeunGri detrás del cuello,
ayudando al menor de entre los cuatro a caminar apenas decentemente.
El grupo enemigo, Fire, había encontrado a SeunGri
caminando solo por las calles mientras evadía la primera clase. Pudieron haberlo
hecho papilla en tres segundos, SeunGri era el menos habilidoso con los golpes,
el más noble a la hora de pelear y el más joven de los cuatro. Pero para
sorpresa de todos, Fire lo único que hizo fue coger el móvil de SeunGri y
hacerle llamar a sus amigos, primero a TaeYang, quien aún seguía en su casa
durmiendo y quien se encargó de ir a buscar a los otros dos al instituto.
—Lo siento, de verdad lo siento. Sé que lo prometí.
YooChun volteó lentamente hacia TaeYang, este hablaba por
celular y su rostro mostraba su severo arrepentimiento.
—Gracias…—la palabra bajó de tono tanto, que YooChun se
preguntó si la persona del otro lado de la línea había podido escucharla. —Mi
hermano vendrá por nosotros—anunció Dong, guardando el celular en uno de sus
bolsillos.
— ¡¿Qué?! no era
necesario Tae.
—Mírate TOP, mira a SeunGri, ¿cómo demonios no va a ser
necesario?, la distancia ni siquiera es mucha y ya llevamos caminando media
hora, no me jodas.
—Pero tu hermano…
—Mi hermano iba a enterarse de todas formas V, da igual.
SeungHyun hizo una mueca de fastidio y TaeYang caminó
hacia una banca cercana. Habían llegado al parque, en el centro de la ciudad.
SeunGri saltó un poco con el resto de las fuerzas que pudo
coger y aligeró así el peso sobre el cuerpo de TOP, dejando azotarse un poco
contra el metal de la banca al llegar. Choi imitó el gesto, pero más
lentamente.
YooChun se quedó estático, soltó luego su agarre sobre la
pared y caminó hacia sus amigos, mas al llegar al lugar donde estaban siguió
avanzando en línea recta.
— ¿A dónde vas YooChun?, le dije a mi hermano el lugar
exacto, no tienes que revisar los alrededores.
YooChun no se detuvo, ya iba un poco más lejos y se obligó
a gritar hacia TaeYang.
— ¡Tengo algo que hacer!
— ¿Tiene que ser ahora? —cuestionó SeungHyun alzando el
cuello—estás hecho mierda, hombre.
—Debe ser ahora, además mi casa no queda muy lejos. Voy a
estar bien, ¡nos vemos mañana!
Sólo se escucharon luego las suelas de YooChun golpear
torpemente contra el piso rocoso, todos le siguieron con la vista pero pasado
un rato, SeunGri era el único que lo miraba.
—Hyung…—murmuró el más joven— ¿está bien que dejemos ir de
esa manera a YooChun?
SeungHyun no contestó al instante, luego respiró profundo.
—Incluso si tuviera fuerzas para correr tras él, te aseguro
que no querría escucharme V—suspiró, vencido—nuestro pequeño amigo es un
completo idiota.
—No entiendo que cosa puede necesitar hacer a estas horas
de la noche—expresó TaeYang, desconfiado— ¿hay algo que no sabemos?
—Quien sabe—contestó TOP, mintiendo.
Había algo. Y él si lo sabía.
YooChun llegó casi cojeando frente a la bonita casa de dos
pisos.
Todas las luces estaban apagadas, excepto una.
La de la habitación de YunHo.
Se acercó más y notó que se trataba de la luz amarillenta
y tenue que YunHo usaba para dormir, y que el que estuviera encendida no
significaba para nada que su dueño siguiera despierto.
Caminó con lentitud hacia el límite marcado por la valla del jardín, sin apoyarse del todo en
su pie derecho, cogió unas pequeñas piedras que estaban ya en el espacio de la
casa y apuntó hacia la ventana iluminada en el segundo piso.
No le sorprendió averiguar que el sólo levantar el brazo
prácticamente le robaba gemidos adoloridos, se mordió los labios y aventó las
últimas tres piedras juntas.
Esperó. No supo cuanto.
Antes de que pudiera agacharse de nueva cuenta para anclar
más piedras, sucedió.
La ventana a la cual había estrellado los proyectiles
improvisados, se abrió, dejando ver el rostro de su novio.
YooChun no pudo leer el rostro de YunHo, quien lo miraba
sin mostrar ninguna emoción.
“Baja”, quería decir YooChun, pero no tenía el valor
suficiente.
— ¿Quieres que baje? —preguntó YunHo, con su voz linda y
suave.
YooChun asintió, tragándose la saliva que se había
acumulado en su boca.
YunHo se volvió y cerró la ventana, pasaron algunos
minutos.
La puerta principal se abrió, dejando pasar por su marco a
un YunHo en pijama, YooChun dormía en bóxers y a veces con alguna camiseta,
pero YunHo tenía una de esas delicadas
pijamas de lana hecha para niños delicados cómo él. Y se veía adorable.
A YooChun le dieron ganas de pellizcarle las mejillas
porque simplemente lucía lindísimo envuelto en aquel conjunto blanco y holgado.
En realidad, a YooChun siempre le daban ganas de pellizcarle los mofletes a su
novio sin importar que vestimenta
llevara encima.
YunHo llegó, se detuvo frente a él. La valla los separaba.
Eran las once y media de la noche, YunHo debería estar
durmiendo, YooChun jugando videojuegos mientras pasaba una a una las
innumerables fotos que tenía de YunHo en el celular.
Pero era natural para ellos salirse de la rutina, era
natural el que YooChun fuera el único culpable. Era natural que cuando YooChun
iba a la casa de YunHo, tuviera un golpe fresco en alguna parte de su cuerpo.
— ¿Dónde estabas? —cuestionó YunHo, sin molestia alguna en
su voz. Era más cómo un susurro frío y alejado incluso de la preocupación.
YooChun lo sabía, YunHo se había acostumbrado ya a
preguntar aquello continuamente.
Por él.
—Por allí, tuvimos una pelea…—YunHo no dio señales de
querer hacer nada—unos chicos rodearon a SeunGri y, ya sabes. Tuvimos que ir.
Jung asintió. YooChun por primera vez no sabía ni tenía
noción de que hacer.
— ¿Estás bien?, ¿no ocurrió nada malo? —quiso saber,
recordando que YunHo tuvo que ir sin él a aquel barrio de mala muerte.
—Eso debería preguntarlo yo.
—Eh…si.
YooChun esperó, pensando que YunHo hablaría. Pero no fue
así, quiso insistirle “anda, pregunta”. No lo hizo.
—Eso debería preguntarlo yo…pero no voy a hacerlo—formuló
YunHo al fin, YooChun de repente sintió cómo si respirara mal.
Pasaron algunos segundos, YooChun notó que YunHo tenía la
mirada inquieta y puesta sobre él, sintió un empujoncito en su estomago
lastimado. Bajó la vista, YunHo tenía la mano extendida, esperando por la suya.
Extendió el brazo, la mano de YunHo no rozó la suya, un
peso cayó sobre la palma de su mano. Cerró la palma.
Sabía lo que era.
—Regresa a casa. No vayas a ningún otro lugar—sugirió
YunHo antes de darse la vuelta y caminar hacia la puerta principal.
No se volvió en ningún momento y la puerta se cerró
llevándose su imagen lejos del alcance de YooChun.
Dejó pasar un tiempo, cuando creyó que YunHo ya estaba en
su habitación, comenzó a caminar en dirección a su casa.
Se echó el anillo de diamantes en el bolsillo, y tarareó
una canción triste.
“Otra
noche de mierda más…”
ToT que belleza ToT mi 2U ToT
ResponderEliminarPe... pe... pero... pero... porqueeee!!!! T___T
ResponderEliminarEsos dos... aaahhh son lindos lindos juntos... es otra de las parejas que me gustan.
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAhhhh... hermoso *-*, como amo esa pareja...en igual medida de lo que amo al Yoosu... y esta historia, DIOS!! que con ese sabor de boca como a: "NO PUEDE QUEDAR ASÍ!!!".
ResponderEliminarAunque entiendo a nuestro querido Yunho, yo también em cansaría u.u aun así TTOTT espero con muchísimas ansias la segunda parte!!! si es que la haces ¿Cierto que la harás? *^*
aaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!! Mori... es tan... es tan... no hay palabras. Amo tus fics y esta pareja WAAAAAAAA!!!!!!!!!
ResponderEliminarAwwww .. Me encantoo :3 .. Unni Lo lei En el Cel .. ♥ Fue muy lindo
ResponderEliminar.. T^T
Awww ~~
ResponderEliminarahh ~~~Unni no me canso de leerlo ..ya son tres veces Continualo .. unni .. Amo El 2u .. T^T
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