Dulce

— ¡La siguiente!

La chica dio un vistazo a la columna de gente que iba detrás de ella; era muchísima, iba más allá de la acera y no podía distinguir el final, afortunadamente faltaban pocos turnos para que llegara el suyo.

Se colocó sobre la punta de sus pies y alcanzó a ver cómo YunHo olía un enorme ramo de rosas rojas que yacían roseadas cuidadosamente de agua fresca, sonreía como un niño pequeño y la fan frente a él parecía entre cohibida y al borde del colapso.

Pensó que aquel regalo era más o menos como el que ella le daría; sencillo, pero lleno de amor.

Sin embargo pronto la chica se inclinó un momento y de una bolsa enorme de plástico negro sacó una gran caja envuelta a modo de obsequio, con un lindo moño rojo adornándola.

YunHo la tomó entre manos y tuvo que pararse para poder dársela luego a un miembro del staff que se encargaba de recibir los obsequios.

Jung le sonrió cálidamente a la chica, le dijo gracias varias veces y firmó sobre todo lo que la chica le pasó.

— ¡Siguiente! —informó otro miembro del staff, la fila se recorrió un lugar y una nueva chica quedó frente a YunHo, este le sonrió encantado mientras la joven depositaba sobre sus manos un paquete delgado pero elegante.

Ver aquello la desinflaba un poco, miró otra vez hacia las personas detrás suyo; todas llevaban paquetes grandes y bien envueltos, algunos también pequeños pero de apariencia cara.

Apretó la palma sobre el bolsillo de su gabardina.

De alguna forma le dolía no poder llevar nada como aquellas cosas a una de las personas con mayor presencia en su vida.

Pero las cosas eran así y tendría que terminar lo que ya había empezado.

— ¡Siguiente!

El joven que estaba enfrente de ella dio un paso vacilante; era su turno.

A este punto ya podía ver con suma claridad la cara de su ídolo, sonriente y llena de vida, y notó un pequeño matiz que YunHo no había mostrado con las anteriores chicas, y sabía la razón de ello; quien estaba frente a YunHo era un fanboy, y ella sabía que su ídolo apreciaba mucho a los fanboys.

El joven estaba dudoso y hablaba muy bajito, entregó a YunHo un boceto en carboncillo de su rostro hecho por él mismo y un paquete de chocolates europeos, YunHo le sonrió efusivamente todo el tiempo y el joven no se atrevió a pedir nada, sin embargo el Jung pidió al staff que les tomaran una foto y rodeo el hombro del joven con un brazo, este se notaba muy nervioso.

Cuando al fin terminaron, el mismo miembro del staff con un tono divertido en la voz anuncio:

— ¡Siguiente!

Y fue entonces que las piernas le comenzaron a temblar tanto como no recorvada que lo habían hecho nunca.

La sonrisa de YunHo se había disparado en su dirección y los ojos castaños amables la miraban.

—Hola—dijo, con su aterciopelada voz. El cabello rubio le caía en mechones encima de la frente, se llevo un par y los deposito detrás de su oreja, ella se mordió el labio levemente para evitar suspirar.

—Hola—se sintió tan estúpida en ese momento, la garganta se le había agarrotado y tenía miedo de no poder decir nada por unos minutos, tardó un poco en volver a decir algo sin embargo YunHo no borró su sonrisa y la esperó pacientemente—espero que tengas un buen día oppa.

—Gracias, yo espero lo mismo para ti—YunHo respondió con una fluidez y gracia enorme, y el cariño grabado en la voz, muy diferente a ella que apenas recordaba el cómo se hacía para hablar.

—Yo…me hubiera gustado…pero no pude…—el intento terminó en un suspiro resignado, se rascó las sienes completamente enojada con su escasez de lucidez, decidió mejor no decir mucho y sacó del bolso de su gabardina el diminuto obsequio. Pidió a YunHo con un ademan su mano y este se la extendió con un dejo de confusión en los ojos, ella quiso gritar  << ¡adorable!>> pero logró contenerse, y depositó el paquetito sobre la palma de YunHo, soltando su mano lentamente.

—Feliz cumpleaños. Por favor, se muy feliz.

YunHo examinó lo que la chica le había dado; era un dulce, uno que él bien conocía y adoraba comer. Uno que solo vendían en Gwangju.

— ¿Eres de Gwangju?

—No…—bajó el rostro, avergonzada—pero hace un tiempo dijiste que amabas esos dulces, yo también ¿sabes?, compre algunos en un viaje escolar a tu pueblo. Y me entere de que ya no fabricarían más de estos dulces, nunca. Porque la empresa que los hacía cerraría. Pensé que tú lo sabrías y comprarías muchos, pero es que siempre estás tan ocupado y quizás…yo quería darte mi último dulce.

YunHo hizo rotar el pequeño dulce sobre sus dedos, sonrió hacia la chica y se levantó, la joven no hizo ningún movimiento y YunHo la rodeo con sus brazos, dejándola envuelta en su aroma y en su galantería, se oyó un bullicio con “oh’s” y “ah’s”, YunHo rompió el abrazó con lentitud y siguió sonriéndole.

—Gracias, no tenía ni idea.

La chica rio tontamente un poco, YunHo la interrogó con la mirada y ella dijo al fin:

—Es que es tu cumpleaños, normalmente el festejado es el abrazado pero esta vez fue al revés.

YunHo casi suelta una carcajada pero alguien del staff lo hizo antes.

—Gracias.

—Oppa, prométeme algo—pidió la chica, YunHo se dijo que había miles de cosas que podría pedirle; entre ellas el raro y nada atípico “no tengas novia hasta que yo tenga novio”, o “no te cases nunca”.

Sonrió, preparado para escuchar algo cómo eso.

—Por favor—le miró seria—no dejes el dulcecito a merced de ChangMin.

Y la chica le sonrió, el staff gritó << ¡Siguiente!>> y él apretó su dulcecito por encima de la tela de su saco.

No. No lo permitiría.