jueves, diciembre 22, 2011

Frío

JunSu nota aquel retazo de tierra bajo la suela del zapato marrón del chico, quien de seguro ha estado corriendo tanto obteniendo al fin la tierra caliente que yace bajo la nieve fría.

— ¡Voy a atraparte!—vocifera.

JunSu sonríe mientras el chico de pelo negro y zapatos marrón corre torpemente sobre la nieve a por el chico rubio de zapatos negros.

— ¡Buena suerte con eso!—responde el otro haciendo resbalar sus tablas de esquí por la nieve.

JunSu inconsciente, pierde la mirada en las piernas largas de ambos jóvenes, que palpitan envueltas cada una en su respectivo lugar dentro de los pantalones negros.

La carne de aquellas piernas debería estar caliente, fatigada y feliz bajo la ropa a pesar de la fría dureza de la nieve repentina.

JunSu oprime su mano contra su inútil rodilla y siente un peso caer sobre sus hombros.

El olor de la manta inunda el balcón.

La manta de YunHo, la manta con olor a YunHo, que él mismo le tejió hace tres años.

El estampado a conejitos negros y fondo blanco estaba intacto, gracias al implacable cuidado que YunHo le había impuesto a su manta preferida y única.

Siente luego el par inconfundible de las palmas de YunHo posarse también, cada una sobre un hombro, sobre la manta, haciendo enrojecer un poco sus belfos, que habían empalidecido por el frío.

—No era necesario.

— ¿No tenías frío?, acabo de abandonar el calor de la casa para venir a taparte, ¿acaso no me amas Kim JunSu?

—YunHo...—YunHo pone su rostro en el hombro del Kim, mirando, como una mascota esperando alguna orden de su amo—si, te amo.

—Lo se. —Y ahí estaban, los gruesos y suculentos labios de YunHo besando los suyos, transmitiéndole apenas un resquicio de saliva y un suspiro a medio realizar— ¿que veías Susu?

—Yo...estaba mirando a los muñecos de nieve.

JunSu no pudo verlo pero la ceja de YunHo se alzó igual, viendo hacia el jardín de su amplia casa, lo único que había allí de un muñeco de nieve era un cuerpo decapitado y deforme que alguien que se aburrió pronto no quiso terminar.

Sin embargo las risas llegaron a sus oídos, de esos muchachos corriendo, persiguiéndose mutuamente, presumiendo sin quererlo, sus piernas hermosas y sanas frente a JunSu.

El corazón de YunHo se estrujó, bajó el rostro con los ojos cerrados, regalando a la nuca de su esposo un dulce beso triste.

—Soy patético ¿no?

—No lo eres.

— ¿Quieres ir a esquiar más tarde YunHo?, quizá pueda subir arrastrándome por la cuesta y bajar sobre mi silla, ¿te parece?

—JunSu...

JunSu apretó el puño aún sobre su rodilla, enterrando sus limpias uñas en la desconsolada piel de su palma.

—Esta bien, no te preocupes amor, ya sé que soy un paralitico de mierda.

Las lágrimas no salían aún cuando JunSu las sentía venir, YunHo cerró los brazos alrededor de su cuello, escondió el rostro en el pliegue negro del suéter y lloró en su lugar.

—No...no digas eso.

— ¿Porque lloras Yunnie?, ¿te arrepientes de haberte casado con alguien como yo?

—Lloro porque mi esposo no me ama...

—Tu esposo te ama amor, te amo.

—JunSu—el pecho de YunHo temblaba, pegado a la espalda del Kim—si tú no te amas, ¿como vas a amarme a mi?—al soltar aquello sus sollozos aumentaron y las lágrimas llegaron a la mejilla del menor.

—YunHo, no...

— ¡¿Como pretendes que crea que me amas?!, ¡amate a ti primero maldita sea!

La mano blanca viajó hasta tomar el enlace de las de YunHo y cubrirlo, mientras los gimoteos del mayor no cesaban.

—Perdóname pero...YunHo, yo siempre voy a amarte más de lo que me amo a mí.

—Ámanos igual—sentencio—a ti y a mi, ámanos con la misma intensidad y estaré mejor—YunHo se obligó a calmarse y besó la mejilla mojada de sal de su esposo.

—Lo intentare.

—No lo intentes, hazlo. Comienza a hacerlo ahora.

JunSu asintió mientras YunHo le daba otro beso, llevándose de vuelta las lágrimas que había traído anteriormente.

Comenzare ahora.

Comenzare ya.

Una de las razones por las que me quiero, es por haber sido lo suficientemente inteligente como para quererte a ti. Y lograr que me quisieras.

Yunnie.

JunSu se guardó el pensamiento para si y solo sonrió, jalando a YunHo de la mano para colocarlo frente a él.

—Bésame.

—Bien...

El fleco del cabello castaño de YunHo revuelto, sus labios enrojecidos y brillantes, el como olía su cuello con la esencia de su loción y la saliva de JunSu juntas.

Amaba a YunHo y por amar a YunHo JunSu sabía que también, se amaba a si mismo.

Tan profunda y puramente, que el frío se colaba por sus huesos acariciando su corazón rebosante.

—Te amo.

—Me amo.

— ¡Hey!—lo sacudió el mayor de los hombros—te dije que te amaras, no que dejaras de amarme a mi.

—Ya, lo capto—capturó la cintura de YunHo quien se había sentado sobre sus piernas—te amo igual.

El frío se fue a otra parte, JunSu pudo haber apostado por eso.

Porque los labios de YunHo quemaban y la palma en su cuello también.

Y lejos, los restos del muñeco de nieve que no llegó a serlo, se derretían de a poco, volviendo a repartirse por el suelo transformándose en pulcra nieve con ninguna forma especifica.

De nuevo.

3 comentarios:

  1. aaahhhhhh!!!!!!! que hermoso *w*
    Eres tan genial, ellos son geniales y este fic tambien lo es.
    Gracias por compartirlo.

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  2. omg me dio un poco de penita TT^TT
    pero ya que es hosu, lo dejo pasar jajajajaja

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  3. Triste .. Estubo muy triste .. T^T Pero hermoso .. Me ire a leer los otros .. Me encantoo :3

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