jueves, septiembre 29, 2011

Segundo helado

Fue un día de enero el día que creí perder a YunHo.

Estaba nublado y hacia frio, lo suficientemente brusco como para hacerme quedar en la casa, cómodo a su lado.

Recuerdo que me serví té y que YunHo apenas podía morder las tostadas.

—No tengo hambre— me decía mientras una sonrisa usurpaba sus labios. Yo no le creía, una mano sobre su estomago hacia caer toda su treta, y cuando su taza de porcelana favorita cayó desde sus palmas al suelo, me alarme.

YunHo estaba más débil que antes.

No quiso escucharme, no quiso ir al hospital.

Tomó mi mano y la beso —ChangMin...—, y odie por primera vez su voz y su boca, su mirada de pena y lo blanco de sus labios. Ese era el mismo tono que alguien usa cuando se despide, esa era la misma acción y la misma mirada. YunHo estaba despidiéndose, tal y como hubo hecho mi madre años antes.

Aleje su mano desesperado, no quería. ¡Ese no podía ser el fin!

—No comiences YunHo, sabes que vas a salir de esta ¡tal y como las otras!, luego nos reiremos pensando que fue un tonto susto—sonreí, pero mis labios temblaban.

YunHo me miraba impasible, con ojos comprensivos y pacientes.

—Tienes que aceptarlo Minnie, terminó—sentí su mano en mi mejilla.

—No puede terminar Yunnie...

— ¿Porque?, todo tiene un fin, tú lo dijiste.

Recordé aquella vez que creí haber sido victima de infidelidad, cuando estúpidamente pensé que YunHo me engañaba con HeeChul. Termine con él de la peor forma diciendo que era nuestro fin y vociferando que hubiera sido mejor para mí jamás haberlo conocido. Fui un imbécil.

—Lamento haber dicho eso. Pero ahora ya no lo creo, y menos contigo. Ya no quiero que nada tenga un fin, no quiero que tengas un fin, nosotros...

Y una lágrima por fin cedió; solitaria, difusa y lenta. 

Tal y como el dedo índice de YunHo limpiándola.

—Nosotros no vamos a tener un fin, por que siempre vas a amarme ¿verdad?

Asentí.

—Pero aún así, aunque no dejes de amarme, me olvidaras y comenzaras otra vez con alguien bueno ¿no?

Mire sus ojos y vi lagunas oscuras que jamás antes había visto. No conteste, me limite a tomar su rostro y besarlo suave igual que muchas veces antes. Entreabrió los labios y sentí, como mil emociones se colaban a mi cuerpo.

Temeroso moví mi lengua con cuidado, después de mucho tiempo me preocupaba perder el control y devorarlo entero debido a mi creciente deseo. Pero una fuerza superior logró hacer que me contuviera.

Que tomara la suave y resbaladiza lengua de YunHo sobre la mía, y la moviera lento por toda su boca, que sintiera esa húmeda extensión de su cuerpo que hace mucho no probaba a pesar de estar a mi disposición siempre.

Me aleje un momento, y sonríe al ver como tantas veces atrás los labios de YunHo brillantes por mi saliva y la suya, mordí su labio inferior con tanto cuidado que podría apostar que más bien lo acaricie con los dientes.

Sentí sus labios abrirse de nueva cuenta y ya más seguro, introduje mi lengua en su tierna boca que se ofrecía a mi como un fogoso fruto, pero que yo sabia no podía devorar por completo. Porque entonces acabaría con el haciéndolo caer del árbol, fresco e inmaduro por mi insensatez.

Porque a pesar de lo mucho que me doliera admitirlo, no tenia oportunidad de llegar a la madurez.



Luego de aquellos besos que lograron llenarme de esperanza. Ocurrió.

Tosió como nunca antes había tosido, y admire como poco a poco muchos pañuelos blancos adquirían un color rojo rubí luego de pasarlos por su boca.

Sus pocas fuerzas decayeron tan rápido que apenas pude estirar los brazos impidiendo que cayera sobre la moqueta del cuarto. Estaba asustado, y no sabia que hacer.

Lo tome por detrás de las rodillas y tras la espalda, sorprendiéndome al ver lo fácil que era elevarlo. Pero entristeciéndome por el mismo hecho; estaba tan delgado, tan pálido, que apenas parecía humano.

Lo único normal, lo que no había cambiado ni un poco en todos esos meses de sufrimiento, era su pelo. Tan bonito y negro como el carbón desde la primera vez que lo vi. Lo llevaba largo, al término del cuello y siempre olía a vainilla.

Mi sabor favorito de helado. Y sonreí, aún con el delgado YunHo sobre mis brazos, al recordar que precisamente de esa manera nos habíamos conocido; por un helado.






Esa mañana decidí cambiar un poco, decidí colgar la corbata y ser quien era a pesar de no estar muy seguro de ser alguien. De actuar como quien tenia la misma edad que yo; diecisiete años.

Me escabullí por entre las cobijas sin esperar a que mi nana fuera a despertarme, la noche anterior había colocado una alarma discreta para lograr pararme más temprano y realizar mi capricho. Porque maduro como me creía, así lo veía. Como un capricho.

Rebusque en mi armario y al fondo de este encontré lo que buscaba; unos jeans desgastados y rotos que me sorprendía que vendieran así pues eran nuevos, y una playera negra que terminó sin gustarme. Opte por una camisa blanca, desabroche los primeros botones y me deje sin abrochar los de las muñecas. Por un momento me sentí raro, no llevaba ni chaleco, corbata ni saco. Me reí de mi mismo.

Seguro que muchos chicos lo que no sabían era lo que se sentía el llevar un saco.

Cogí una bolsa que contenía algo de dinero y un panecillo, considere llevar mi celular pero lo que quería era alejarme del mundo, y mi mundo estaba repleto de tecnología. Así que lo deje y baje como pude de mi ventana, mi cuarto estaba en el tercer piso y no me libre de unos buenos raspones pero, logre llegar al zaguán principal y feliz por primera vez de tener piernas enormes, lo pase casi de un salto y corrí hacia la libertad, pensando que durante un rato allí estaría; fuera de esas cadenas invisibles llamadas responsabilidad.

Sin saber que pronto caería en unas más fuertes e indispensables.

Recorrí Seúl asombrándome con cuanto veía. La ciudad me parecía hermosa y llena de vida, a pesar de que recibí un par de empujones y que mi sonrisa, dedicada a cuanto me mirara aunque fuera un momento no fuera correspondida nunca, yo me sentía feliz.

Estaba atravesando las calles a pie, no iba impávido sobre el tapete de alguna limusina lujosa y mis pies estaban enfundados en unos tenis de lo más comunes. No en charol del más caro.

Pronto llegue a un punto que desconocía y mi valentía se tornó temor, ¿como iba a regresar?

—Paletas, helados, llévele, llévele...

Bien, eso debía esperar.

— ¡Dos helados de vainilla por favor!

Sin pensarlo me lance hacia el humilde puesto ambulante, pero el encargado no se movió un centímetro.

—Tengo dinero—afirme creyendo dar en el clavo y mostrando indiscretamente mi nada-para ese entonces no sabia-, modesto fajo de billetes.

Al tipo le brillaron los ojos y de inmediato se puso a atenderme, pero entonces sentí un piquete en mi estomago. Uno muy fuerte, ¿acaso mi hambre estaba evolucionando?

—Disculpa poste de dos metros, antes de ti iba yo.

Mire hacia abajo-no mucho en verdad-, y descubrí un cabello negro y brillante, que enmarcaba una pequeña pero preciosa cara que me fruncía el ceño. ¿Y este qué?

—Lo siento, no te vi—me aleje dándole el espacio personal que sin quererlo le había quitado.

—Ya me di cuenta.

El joven avaro me entregó los helados, y sus manos de inmediato se extendieron.

— ¿Cuanto es?—trate de ignorar los ojos oscuros que me miraban con furia.

—2 000 Won.

Sonreí inconsciente dando un lametazo a uno de los helados para luego sacar el dinero. “Que baratos que están” pensé, sin tener una base real puesto que toda la vida me había dedicado a disfrutar lo que se me daba, no a pagar por ello.

—Eso no es cierto, son solo 30 won, ¡usted es un estafador!

Y más rápido de lo que creí, el desconocido de cara pequeña había arrebatado un billete de 30 de mis manos que aventó al tipo, para luego jalar mi brazo hacia otra dirección.

— ¡Y vuelva hacer eso de nuevo no solo le pateare el trasero, también le castrare entero!

Oí como la saliva se golpeaba contra la garganta del hombre, incluso a mi me había dado miedo.

Luego de un tramo recorrido, y que sintiera mi brazo entumido por su agarre, solté una carcajada al darme cuenta de algo; aquel chico nunca había dejado de hablarle de "usted" al jodido estafador.

Mi risa emergió más escandalosa de lo planeado, y él se volvió viéndome extrañado.

— ¿Estas bien?

—Si, lo siento—limpie las pequeñas lágrimas. Y entonces sucedió.

Antes de que me pudiera incorporar, allí con las manos en las rodillas y restos de risa aún en mi garganta, ocurrió algo que no me dejaría en paz por mucho tiempo.

Me sonrió.

Y sentí como si la luz del sol y el reflejo brillante que esta proporcionaba, se hubiera agrupado para hacer que aquella sonrisa luciera más fantástica, más mágica. Tan menos humana como de por si parecía.

Mis palabras se atoraron por un segundo, y seguí estando así; en un nivel menor debido a la posición, como siendo alumbrado por sus perlados dientes y gruesos labios.

—Vamos—tomó mi mano esta vez y me condujo lento hacia una banca cercana.

No estaba por completo seguro, pero creí que algo repicaba fuerte por debajo de mi ropa, no supe identificarlo.

Lo único que sabía es que me sentaba muy bien, tan bien como aquella sonrisa en aquel rostro.



Se llamaba Jung YunHo, lo supe cuando me sobornó por primera vez, sin que la dulce sonrisa se fuera.

—Te digo si me das un helado—fue su respuesta cuando pregunte su nombre. Yo estaba sorprendido, de alguna manera había olvidado que tenía dos helados esperando por mí.

—De acuerdo—y no supe por que razón deje ir mi preciada golosina a manos desconocidas tan dócilmente, y mucho menos que le haya dado la que anteriormente mi lengua había lamido. Puede que en su momento me deje llevar por el pensamiento de que le daba el helado que tenia menos, pero ahora analizando la situación y viéndolo mejor, no estoy tan seguro.

—Gracias—me sonrió antes de llevar la punta deformada a su lengua, y tuve el pensamiento de que lamio justo donde yo lo había hecho antes.

—Beso indirecto...

— ¿Eh?

—No, nada.

Cualquiera me habría visto extrañado; mi padre, mi nana, mi madre, incluso aquellos tipos que se decían ser mis amigos cuando en realidad solo eran unos lambiscones queriendo asegurar su futuro con buenos contactos.

Así reaccionaba cualquier persona a la yo estaba acostumbrado ver, cualquiera que formaba parte de mi recto y bien estructurado mundo.

Pero yo inseguro, de repente no me había percatado de algo importante, de algo tan jodidamente visible que me sentí imbécil y dudoso de mi supuesta inteligencia superior a los demás; YunHo no formaba parte de mi mundo.

Era un extraño, un ser que se encontraba fuera y en lo más lejos de su frontera.

Por eso, él no se extrañó. Tan solo sonrió más.

Y tuve el deseo por primera vez, de que YunHo, aunque fuera un poquito se introdujera en mi mundo.

Para no salir nunca más.




También era de buena familia y lo dejó todo para estar conmigo. Incluyendo su apellido, y a sus seres queridos.

Ambos éramos jóvenes, importantes herederos de empresas poderosas. Pero nos enamoramos.

Y nos convertimos en seres sin apellidos y sin pasado, aferrados solo a alguien debido al amor y a la entrega.

Ahora que lo analizo, es lo más romántico que jamás podría haberme ocurrido.

Cruzo la sala cargando a YunHo, lo llevo a la cama matrimonial que compartíamos cuando no estaba enfermo. Lo cubro, y tomo una decisión.

Mi mano tiembla cuando acaricio su mejilla inerte, es una decisión que nos separara, tal vez para siempre.

Pero es la única que lo mantendrá vivo.

6 comentarios:

  1. *A*~~
    antes de ♥
    ------- Yunho esta enfermo de algo!!!D. T^TT
    es cancer? leucemia? què..waaaaaaaaaaaaa
    no quiero que se muera no quiero que esto termine trágico buaaaaaaaaaaaaaaaaa
    ------
    ahora la parte en la que se conocieron puedo ver que Changmin era niño rico >__< digo era porque creo que lo dejo todo por Yunho y 17 años mi vida muy jovencito...ndiSIs0KDaodjkADO0A
    *v* beso indirecto yo diria que si y Chagmin lo que sientes es mariposas porque te estas enamorando ^^
    gracias x el capo ♥

    ResponderEliminar
  2. aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
    >< un poco más...*w*
    yeah!
    ----
    asi que eran casi del mismo mundo me imagino que su familia no ve bien este tipo de relación ¬w¬...
    pero me alegro que hayan decidido defender su amor y felicidad a toda costa auk eso implik dejar a la familia u___u...
    mi corazoncito late muy fuerte..dmAD0adoa
    *se va a leer el tercer capitulo *

    ResponderEliminar
  3. awww mi vida hermoso!!!!! ese minnie awww *w* love love love awwww hermoso awww!!!! si era un beso indirecto!!!!! ♥

    ResponderEliminar
  4. Iah~... *aplaude poniéndose de pie*
    precioso, neta que precioso! hasta una canción ya le puse chinga! T.T
    es que lo valió y no, no, no este amor incondicional tierno e inesperada! es lo mejor que puedes leer! ♥

    atte: Yas unnie pa que no más no si te olvide tu! jajajaj xD

    ResponderEliminar
  5. Ah *plop* olvide ponerte el titulo de la canción jojojo se llama kiss me de GN. A

    Cuídate~

    ResponderEliminar
  6. >_< , Fue una graciosa manera su encuentro .. a bunny .. tenias que ser , chantajear a changmin xD .. Me encantoo :)
    Changminie y bunny estan sufriedo mucho , PObre chngminnie ... como se debe estar sintiendo no tener que ver la mism alegria de mi bunny de siempre ;o; ... ♥ Hermosishimo .. !! a leer otro helado .. ;-;
    - 95% Bipolar - e.e

    ResponderEliminar