—HeeChul,
HeeBoom va a ir ¿no hay problema?—YunHo movía sus ojos nerviosamente, de
HeeChul al piso, y del piso nuevamente hacia HeeChul.
— ¿HeeBoom?—el Kim agitó sus pestañas confundido.
—Si, mi novia...
— ¡Aah!, ¡la bocazas!—y chasqueó los dedos.
— ¡Chul!
—Perdón Yunnie, pero ya sabes que a ciertas personas sólo las conozco por apodos—hizo un puchero—lo siento ¿si?
—Está bien, está bien—alejó la mano del mayor que había comenzado a acariciarle el pelo—pero a lo que me refiero es, ¿no hay problema?, ¿no te incomoda?—se mordió los labios.
HeeChul odiaba cuando no tenía toda la atención sobre su persona, y él ya antes le había dicho que saldrían juntos y solos, joder.
—Hmm, pues no—YunHo suspiró aliviado—no me incomoda pero si me molesta, cuando esta ella ¡no me volteas a ver ni una sola vez!, ¿sabes como se siente eso? ¡no, no lo sabes, porque yo siempre te miro y me preocupo por ti Yunnie!—y tuvo que respirar mucho después—así que no, ¡no y no!, llámame cuando podamos salir solos.
Dio media vuelta, amaba a YunHo pero se daría su lugar, oh si.
—Por favor, Cinderella.
Y algo, precipitadamente se detuvo.
—No puedo creerlo, ¡no puedo creerlo!
—Quiero ese, ¡oh aquel también es bonito!—y la chica corría de un lado de la tienda al otro, dando a la encargada varios vestidos.
—Señorita...
— ¿Si?—los ojos brillantes se dirigieron a la joven.
—No, nada—se resignó la encargada.
—Esta muy feliz ¿no?
—YunHo, dime por favor—Kim tomó con fuerza los hombros de su amigo— ¿como diablos piensas pagar eso?—y señaló con un pequeño cabezazo hacia HeeBoom quien recitaba "este, este, ¡oh y aquellos cuatro también!".
—Digamos...que no voy a comer por algunos días—tragó fuerte.
—Pero eso no sería novedad...—se miraron.
Ohoh.
— ¡Nos vamos!—precipitadamente HeeBom apareció y comenzó a jalar el brazo de Jung hacia la salida.
— ¿Ehh?, ¿por qué?
—No hay nada lindo, nada. ¡Ahora a una joyería!, ¿si?
HeeChul observó como el rostro deseoso de la joven hizo mella en YunHo.
—O-ok.
Y envidió aquel poder que HeeBoom poseía sobre su amigo, porque tratándose de él...
—Chul, ¿vienes?
Asintió.
Porque tratándose de él, todo era muy distinto.
Las puertas de cristal se alzaban imponentes, cómo advirtiendo a todos que no cualquiera podía entrar, sólo los que tuvieran la frente bien en alto.
—HeeBoom, ¿segura?—YunHo miró la puerta doble de nuevo, y secretamente apretó su cartera bajo el suéter.
Dolería.
—Por supuesto que si, ¿por qué?
—No no, no es nada.
—HeeChul—llamó la joven mientras atravesaban el intimidante marco— no tenías nada que hacer ¿verdad?
Sinceramente, eso sorprendió a Kim. La sonrisa cautivante de Park se había por un momento, vuelto una mueca cruel y desquiciada.
— ¿HeeBoom?—el Kim agitó sus pestañas confundido.
—Si, mi novia...
— ¡Aah!, ¡la bocazas!—y chasqueó los dedos.
— ¡Chul!
—Perdón Yunnie, pero ya sabes que a ciertas personas sólo las conozco por apodos—hizo un puchero—lo siento ¿si?
—Está bien, está bien—alejó la mano del mayor que había comenzado a acariciarle el pelo—pero a lo que me refiero es, ¿no hay problema?, ¿no te incomoda?—se mordió los labios.
HeeChul odiaba cuando no tenía toda la atención sobre su persona, y él ya antes le había dicho que saldrían juntos y solos, joder.
—Hmm, pues no—YunHo suspiró aliviado—no me incomoda pero si me molesta, cuando esta ella ¡no me volteas a ver ni una sola vez!, ¿sabes como se siente eso? ¡no, no lo sabes, porque yo siempre te miro y me preocupo por ti Yunnie!—y tuvo que respirar mucho después—así que no, ¡no y no!, llámame cuando podamos salir solos.
Dio media vuelta, amaba a YunHo pero se daría su lugar, oh si.
—Por favor, Cinderella.
Y algo, precipitadamente se detuvo.
—No puedo creerlo, ¡no puedo creerlo!
—Quiero ese, ¡oh aquel también es bonito!—y la chica corría de un lado de la tienda al otro, dando a la encargada varios vestidos.
—Señorita...
— ¿Si?—los ojos brillantes se dirigieron a la joven.
—No, nada—se resignó la encargada.
—Esta muy feliz ¿no?
—YunHo, dime por favor—Kim tomó con fuerza los hombros de su amigo— ¿como diablos piensas pagar eso?—y señaló con un pequeño cabezazo hacia HeeBoom quien recitaba "este, este, ¡oh y aquellos cuatro también!".
—Digamos...que no voy a comer por algunos días—tragó fuerte.
—Pero eso no sería novedad...—se miraron.
Ohoh.
— ¡Nos vamos!—precipitadamente HeeBom apareció y comenzó a jalar el brazo de Jung hacia la salida.
— ¿Ehh?, ¿por qué?
—No hay nada lindo, nada. ¡Ahora a una joyería!, ¿si?
HeeChul observó como el rostro deseoso de la joven hizo mella en YunHo.
—O-ok.
Y envidió aquel poder que HeeBoom poseía sobre su amigo, porque tratándose de él...
—Chul, ¿vienes?
Asintió.
Porque tratándose de él, todo era muy distinto.
Las puertas de cristal se alzaban imponentes, cómo advirtiendo a todos que no cualquiera podía entrar, sólo los que tuvieran la frente bien en alto.
—HeeBoom, ¿segura?—YunHo miró la puerta doble de nuevo, y secretamente apretó su cartera bajo el suéter.
Dolería.
—Por supuesto que si, ¿por qué?
—No no, no es nada.
—HeeChul—llamó la joven mientras atravesaban el intimidante marco— no tenías nada que hacer ¿verdad?
Sinceramente, eso sorprendió a Kim. La sonrisa cautivante de Park se había por un momento, vuelto una mueca cruel y desquiciada.
HeeChul
sabia que esa niña no podía ser tan dulce como aparentaba, pero tampoco tan...
—Falsa.
— ¿Eh?—la mirada inocente volvió—YunHo, tienes amigos muy peculiares—y soltó una risotada que a HeeChul le torturó los oídos.
—Bueno HeeBoom, elige lo que quieras—Kim sonrió, al Jung le costó decir esas palabras.
— ¡Vale!—y desapareció tras los mostradores de vidrio.
—Bastante pesada tu novia la verdad—expresó apenas Park salió de su vista, había pensado acerca de decirlo o no. HeeChul no quería que YunHo creyera que sólo buscaba tirarle tierra a su novia, pero entonces recordó.
Kim HeeChul nunca se guarda lo que piensa, por muy duro que fuera.
—Si, lo sé—se dejó caer en uno de los sofás de cuero negro, el cuál crujió—es sólo...que no encuentro la manera de dejarla.
— ¿Por qué?—le daba la vuelta a su anillo, mientras algo se desesperó dentro suyo.
—Porque no quiero.
La mirada de HeeChul pudo decir todo a la de YunHo en ese instante.
—Chul—tomó una mano del Kim entre las suyas—puede que no me entiendas, tú no has tenido a nadie nunca—HeeChul arrugó el entrecejo—pero, yo...se siente lindo tener a alguien.
Kim se soltó y YunHo desvió la mirada.
—Es decir que no quieres a HeeBoom...
—Ni un poquito.
La respuesta rápida estremeció al mayor, nunca se imaginó que su YunHo inocente y bobo como lo consideraba, fuera capaz de algo así.
— ¿De verdad?, ¿no la quieres...nada?—algo amargo se posó en sus labios. Si YunHo no quería a HeeBoom a pesar de salir con ella, ¿como podía pensar que algún día podría llegar a quererlo a él?
—Chul—lo miró a los ojos—la quise, la quise mucho—HeeChul evitó su mirada—pero algo ha cambiado y yo...—la mano de YunHo subió por el brazo, luego bajó y apresó la mano de Kim.
—YunHo...
—Tengo algo que decirte Chul. Yo...
—¿Buscan algo en especial?—un joven encargado había mirado a los dos adolescentes sentados en los sillones, ninguno parecía interesado en las joyas así que llegó a la conclusión de que eran vagos y su tono fue exigente. Al no recibir respuesta apretó sus manos contra si— ¿no hay nada?
— ¿Eh?
— ¿Qué si no les interesa comprar nada?
HeeChul miró al piso inexplicablemente, Jung lo miró a él.
—Muéstrenos—y sonrió.
—De acuerdo—el encargado tuvo que aceptar que esa sonrisa le hizo perder todo enojo.
—Falsa.
— ¿Eh?—la mirada inocente volvió—YunHo, tienes amigos muy peculiares—y soltó una risotada que a HeeChul le torturó los oídos.
—Bueno HeeBoom, elige lo que quieras—Kim sonrió, al Jung le costó decir esas palabras.
— ¡Vale!—y desapareció tras los mostradores de vidrio.
—Bastante pesada tu novia la verdad—expresó apenas Park salió de su vista, había pensado acerca de decirlo o no. HeeChul no quería que YunHo creyera que sólo buscaba tirarle tierra a su novia, pero entonces recordó.
Kim HeeChul nunca se guarda lo que piensa, por muy duro que fuera.
—Si, lo sé—se dejó caer en uno de los sofás de cuero negro, el cuál crujió—es sólo...que no encuentro la manera de dejarla.
— ¿Por qué?—le daba la vuelta a su anillo, mientras algo se desesperó dentro suyo.
—Porque no quiero.
La mirada de HeeChul pudo decir todo a la de YunHo en ese instante.
—Chul—tomó una mano del Kim entre las suyas—puede que no me entiendas, tú no has tenido a nadie nunca—HeeChul arrugó el entrecejo—pero, yo...se siente lindo tener a alguien.
Kim se soltó y YunHo desvió la mirada.
—Es decir que no quieres a HeeBoom...
—Ni un poquito.
La respuesta rápida estremeció al mayor, nunca se imaginó que su YunHo inocente y bobo como lo consideraba, fuera capaz de algo así.
— ¿De verdad?, ¿no la quieres...nada?—algo amargo se posó en sus labios. Si YunHo no quería a HeeBoom a pesar de salir con ella, ¿como podía pensar que algún día podría llegar a quererlo a él?
—Chul—lo miró a los ojos—la quise, la quise mucho—HeeChul evitó su mirada—pero algo ha cambiado y yo...—la mano de YunHo subió por el brazo, luego bajó y apresó la mano de Kim.
—YunHo...
—Tengo algo que decirte Chul. Yo...
—¿Buscan algo en especial?—un joven encargado había mirado a los dos adolescentes sentados en los sillones, ninguno parecía interesado en las joyas así que llegó a la conclusión de que eran vagos y su tono fue exigente. Al no recibir respuesta apretó sus manos contra si— ¿no hay nada?
— ¿Eh?
— ¿Qué si no les interesa comprar nada?
HeeChul miró al piso inexplicablemente, Jung lo miró a él.
—Muéstrenos—y sonrió.
—De acuerdo—el encargado tuvo que aceptar que esa sonrisa le hizo perder todo enojo.
—Tenemos plata, oro, piedras preciosas, etcétera y cómo es obvio aquí encontraran desde anillos usuales hasta medallones para los pies—el joven mostraba las relucientes joyas orgulloso— ¿desean adquirir algo en especifico?
HeeChul no entendía porque YunHo miraba con tanto interés todo lo que le mostraban, sabía que Jung era muy humilde y sencillo, además la única razón por la que estaban allí era HeeBoom y ellos no parecían tener gustos similares.
—En realidad—carraspeó—busco algo para ambos—señaló a HeeChul y a sí mismo—usted diga.
El encargado vio al mayor por unos instantes, luego bajo la mirada y pareció recordar que tenia algo especial escondido entre sus estantes.
—Lo tengo—dijo.
—Yunnie—jaló levemente la manga del suéter gris— ¿que haces?
—Tranquilo—murmuró y posó una mano sobre la de HeeChul. Kim se estremeció. Muy cálido.
— ¡Aquí están!, justo lo que necesitan—el joven llegó con una sonrisa de oreja a oreja, y descubrió una caja alargada y plateada—les van a encantar.
Y antes de que YunHo pudiera suspirar, puesto que el simple empaque ya lo había hechizado, el encargado abrió la tenue cajita.
— ¿Eh?
—Son hermosos, ¿verdad?—un terciopelo blanco enmarcaba dos anillos de oro blanco brillante, Amour recitaba una discreta inscripción en cada uno—vienen con una cadena también, para colgárselos al cuello—y extendió una ligera cadena, igual de un magnifico oro blanco.
HeeChul por poco hace lo que nunca en su vida había hecho; tartamudear.
—Démelos.
— ¡¿Qué?!
—De acuerdo.
—Yunnie ¿que demonios?—lo jaló bruscamente para que lo mirara, YunHo se encontraba contando sus billetes.
Pero no respondió, solo lo miró cómo sin entender y luego HeeChul comprendió. Eran para HeeBoom y él, seguro.
Entonces se sintió tonto, ¿porque iba YunHo a comprar algo así para ambos?, eran anillos de pareja después de todo.
Y ellos, no eran una.
—Aquí tiene, en la caja le cobraran—le entregó una bolsa gruesa de plástico con la insignia de la tienda.
—Gracias—vio el precio y sintió algo de alivio, porque al menos podía pagarlo.
— ¡YunHo, nos vamos!, no hay nada lindo aquí tampoco.
Y Kim vio correr a YunHo hacía la caja mientras luchaba para que HeeBoon no lo viera.
Horror.
— ¡No puedo creerlo, estamos a mitad de Seúl y no encontré nada digno de mi!
HeeChul rodó los ojos por enésima vez, ¿como pudo ser tan ciego para tragarse el cuento de que esa niña era una inocente?
—Será luego, tranquila—YunHo pasó el brazo por detrás del cuello de Park—pero por hoy, es todo.
—Muy cierto—se volteó deshaciendo el agarre—bye HeeChul.
—Adiós.
—Ah, HeeBoom—la mirada de YunHo no gustó a la chica, nerviosa pero determinada—vete sola por hoy ¿si?, HeeChul vive más lejos y su barrio no tiene luz por fallas de la compañía. Tu casa está muy cerca.
Cuando YunHo agitó la mano y comenzó a alejarse, la sonrisa de lado en la cara de HeeBoom flaqueó.
Mucho.
— ¿De donde has sacado tú que mi barrio no tiene luz?
Caminaban lentamente, sin prisas, uno al lado del otro mientras la luna los bañaba quedamente.
—HeeBoom no habría querido de no ser así, ya sabes cómo es—y continuó pateando la pequeña piedrita que logró anclar desde el inicio del trayecto—se pone cómo gorila.
—Pero igual, no vivo tan lejos—sonrió al imaginarse a la dulce Park con su perfecta sonrisa pero con el cuerpo lleno de pelos—y por supuesto, no soy una chica que necesita protección.
Los ojos de YunHo se incrustaron en los de HeeChul bruscamente, tiernos y fríos, profundos y burlones. Se detuvieron.
—Eso ya lo sé—se acercó, e inclinándose un poco posó sus labios sobre los rosados de Kim.
HeeChul se estremeció, por eso YunHo llevó una mano a su cuello y lo apretó levemente. Labio con labio se acariciaron y el mayor saboreó por primera vez el ramen que tanto odiaba que YunHo comiera.
Y fue agradable, y tierno. Muy cálido.
— ¿Qué significa esto?—murmuró HeeChul apenas se separaron. Jung acariciaba una mejilla blanca con deleite.
— ¿Y tú que crees?—metió la mano en su bolsillo por un momento y de ella sacó la cajita plateada de los anillos—son para nosotros. Tuyo y mío—abrió la caja y tomó el anillo más delgado, luego acarició la mano de HeeChul quien dejó que la tomara suavemente—eres mío, Kim HeeChul—susurró y colocó la joya en el dedo índice izquierdo—te quiero.
Su mente se había lavado por completo, estaba allí, su sueño diciendo justo las palabras que quería.
— ¿Me tengo que poner yo el anillo?—puso un puchero.
— ¡Claro que no!—sonrió y tomó el anillo sobrante para colocarlo en el índice izquierdo de Jung—y tú eres completamente mío Jung YunHo y—apresó las mejillas de YunHo para tirar de ellas cruelmente— ¡¿cómo que "me quieres"?! ¡carajo!, ¡¿cómo que "me quieres"?!, ¡yo te amo!—y dicho esto se lanzó a los labios gruesos rodeando el cuello con sus brazos.
—Yo también te amo sólo que...
—Eres idiota.
—Poquito.
—Y por eso te amo—se abrazó fuerte. Era perfecto, era ideal, un sueño completo.
Completo y podrido.
— ¿Que va a pasar con HeeBoom?—preguntó con la cabeza enterrada en el pecho del otro.
Lo sabía. Si YunHo le pedía ser su amante, lo haría. Si le decía que había sido una broma, lo perdonaría. Si se lo follaba y nunca más le volvía a hablar, lo seguiría amando.
No tenia remedio alguno.
—Terminare con ella cómo es obvio, ¿que pensabas?—YunHo miró su rostro visiblemente sorprendido. HeeChul sonrió.
—Que sería plato de segunda mesa.
—Idiota—acaricio el pelo semilargo—sólo a ti se te puede ocurrir algo así, ¿has estado viendo muchas películas?
HeeChul volvió a sonreír al estilo gatuno.
—Pues si, ¿quieres que personifiquemos una de las ultimas?
—No quiero ni pensar que tipo de películas miras...
—Las que están bajo tu sillón.
—Por eso decía.
Inconscientemente, la mano de YunHo viajó sobreponiéndose a todo, logrando tomar la de HeeChul apenas iniciaron la marcha. Dos destellos de oro blanco los siguió por toda la noche, un Amour.
Ahora si, eran toda una pareja.
— ¡Háblale ahora mismo a HeeBoom, Jung YunHo!
— ¡Ok, ok!
xD .. Fue muy tierno .. y me dio risa .cuando en el final .. chul le grita a yunnie y el solo responde .. ok ook xD ··
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