No me hagas decir te amo

Golpeó la mesa con su lápiz varias veces. Impaciencia.

Las hojas blancas y vírgenes frente a él, se le restregaban en la cara susurrando un burlón "no puedes".

Y no, no podía.

Era un hermosa tarde de verano, donde las personas que gustaban de el salían a que sus frentes sudaran con desespero. Y sin embargo, él se encontraba en su casa, buscando de su apagado cerebro una idea que pudiera sacarlo de allí con la tarea hecha, puesto que a veces la culpa de meter infinitas canastas cuando no había terminado los deberes era muy grande.

Suspiró por enésima vez, ¿que tenia que hacer para conseguirlo?

Y es que la inspiración es todo menos profesional, porque nunca esta cuando la necesitas.

Llevaba olímpicamente escrito su nombre en esas dos horas.

Jung YunHo.

Y el nombre de su proyecto y materia.

Español tercer grado. En busca de lo pensado.

Se suponía que debía escribir las cosas que le llegaran a la mente, o sea que aún no había escrito nada.

Nada, nada.

—Quiero dormir...—y eso fue el principio del ensayo.

Si su maestra quería un sinfín de pensamientos que no eran ni románticos, trágicos o interesantes, entonces eso tendría. Porque YunHo era un buen estudiante, uno muy bueno.

Volvió su atención a la ventana frente a él, daba al patio de su casa y eso no era algo que le agradara mucho. Menos en ese momento.

ChangMin, el hermano menor al que amaba con toda el alma estaba jugando ruidosamente con él, su mejor amigo, después de YunHo claro.

Sonrió orgulloso de sí mismo, por mucho que YooChun tratara, él era más importante.

ChangMin corrió hacia YooChun con la intención de quitarle la pelota, pero este la puso tras su cuerpo provocando que Jung menor le cayera encima debido a la fuerza impuesta, así que tirados en el piso ChangMin sobre YooChun se carcajearon a más no poder.

Y eso que veo ahora me lo impide, yo creo que esos dos son más que sólo amigos.

Escribió en su ensayo, aún prestando más atención a los dos chicos.

Estaba siendo honesto, eso era todo lo que pensaba en ese momento.

Ese amigo suyo es muy problemático, ¿porque tienen que tocarse así?, yo sé lo que es confundir el amor de amigos con el de pareja, yo ya di ese desliz. ChangMin, hermano... ¿tú también?

ChangMin al fin se levantó después de una exagerada tanda de risas al borde de la locura, ya arriba extendió su mano a YooChun quien la tomó fuerte,...para jalarlo y volverlo a tirar.

No es que no me agrade, quizá me agrada más de lo quiero o puedo aceptar. Entonces, ¿cuál es el problema?

El problema es que se trata de mi hermano y su mejor amigo, ¿que debería hacer?

Rodaron por el verde y hermoso pasto rápidamente, entre sonrisas y abrazados en el proceso. El estomago de YunHo hizo un sonido que no reconoció cuando las narices de ambos se tocaron, amenazando con acercarse aún más.

Suficiente.

Corrió la cortina de una vez por todas, no tenia intención de ver eso.

Porque si, seguramente ya su hermano y ese tipo antes mujeriego habían caído en la equivocación más grande de su vida, y que él ya había cometido.

Mierda.

Buscó el móvil marcando el numero uno y luego el botón verde que indicaba llamar. Lo tenía en marcación rápida.

— ¿Yunnie?—y la persona al otro lado de la línea, sabía, le había puesto un tono especial para saber cada que llamaba él.

—Boo... ¿puedo verte?—la voz suplicante sorprendió a JaeJoong.

—Si, claro Yunnie, ¿donde?

—Puedo ir a tu casa si quieres.

—Por supuesto, aquí te espero.

—Gracias, llego en un momento—colgó y suspiró de inmediato.

Sin JaeJoong, no sabía que haría en esos momentos en que se sentía tan tonto.

Porque realmente, no sabía que era lo que sentía.

—Tienes que irte—pronunció suave, tratando de no sonar grosero.

—Si, lo sé. Sólo...piensa en lo que te dije—Choi recogió su mochila y le sonrió desganado—de verdad, necesito tu ayuda.

—Entiendo—Jae llevó una mano al rostro de SeungHyun a modo de consuelo—lo pensare, y si no puedo buscare quien lo haga, ¿está bien?

Asintió y le sonrió con un poco de alivio, Jae en verdad era un buen amigo.

Ya se sabía el camino de memoria, así que más despreocupado tomó una chaqueta y le dijo a ChangMin que no esperara por él, que lo más probable era que se quedaría a dormir con Jae. Así era su relación, tomándose permisos sin haberlo consultado antes con su amigo.

ChangMin asintió sabiendo lo bien que se llevaban esos dos y seguro de que su YunHo estaría bien, pero YooChun, aquel chico al cuál no le hablaba sino era tremendamente necesario, le mandó una mirada que no pudo descifrar.

Una pregunta.

Una que no se atrevió a formular, fue lo único que YunHo leyó en sus ojos.

 El sonido de una puerta; la principal, unos pasos y ya estaba frente a él.

—Bienvenido.

—Hola—se tiró al sillón más cercano, subiendo los pies en la silla de enfrente.

— ¿Todo bien?—no esperó a nada.

Y esa pregunta había sido directa, porque la cara de YunHo gritaba que no a ella, JaeJoong lo sabía. Lo conocía, conocía muy bien a su mejor amigo.

YunHo le sostuvo la mirada un rato, suspiró y echando la cabeza hacia atrás se decidió a ser honesto.

—La verdad...es que ni yo lo sé Boo.

Los ojos del mayor aumentaron su preocupación, se acercó al otro tomando una mano entre las suyas.

—Sabes que puedes contármelo todo. —YunHo sonrió.

Si, lo sabía.